La crisis de la deuda griega llevaba un tiempo fraguándose pero estalla a fines de 2009. Poco después, en marzo de 2010, el país heleno pide a la UE el primero de sus rescates financieros. La contraparte eran subidas de impuestos, recortes en servicios públicos, reducción de salarios y de pensiones. El descontento empezó a expresarse en las calles. En 2012, se votó en el Parlamento griego la aceptación del segundo rescate y la protesta se intensifico. Tres años después, en 2015, se hablaba de la salida de Grecia del euro. Alexis Tsipras, que había llegado al gobierno con su partido Syriza catalizando el descontento, estableció un corralito bancario. Planteó un referéndum para saber si la gente aceptaba o no un tercer rescate y aunque la mayoría dijo no a la propuesta de la UE, acabaron aceptando los planteamientos y también las nuevas medidas de ajuste. Grecia salió de la tutela de Europa en 2018 aunque sigue teniendo compromisos que cumplir. Los datos macroeconómicos mejoran, sin embargo, la población, sigue sin recuperarse de la crisis.