Biblioteca Pública - Karmelo Iribarren, un observador del tiempo y de la gente a través de una poética de la verdad en "Haciendo planes" y "Diario de K."
No siempre es fácil vivir para contarlo. Todavía más azaroso y complicado es abrirse paso, sobrevivir, gracias a la escritura. Porque el creador alimenta la idea de que vida y literatura son la misma cosa. Hablamos de Karmelo Iribarren, donostiarra de 1959, que ha publicado en Renacimiento el poemario "Haciendo planes" y la edición ampliada de "Diario de K.", una autobiografía heterodoxa envuelta en aforismos, microrrelatos, impresiones y apuntes filosóficos y metaliterarios. El autor confirma su paulatino alejamiento de la intensa vida nocturna para situarse como observador del paso del tiempo y de la gente; eso sí, desde la barra de un bar. También el poeta trasciende su mirada sobre lo cotidiano. Dejado atrás el alcohol y las aspiraciones anarquistas, este escritor de culto, descreído de los salones literarios, rehúye la etiqueta de maldito para habitar un escepticismo vitalista y una poética de la verdad, desnuda y cercana, como nos cuenta en este diálogo.