Biblioteca Pública - Mónica Ojeda construye a través de las adolescentes de "Mandíbula" un universo femenino-monstruoso, entre la perversión y el miedo
(Entrevista de Manuel Sollo). El miedo que te paraliza o te impulsa a la acción, la fascinación del terror y el daño, la atracción de la sexualidad y la violencia. Este es el encaje de la nueva ficción de Mónica Ojeda, "Mandíbula" (Candaya). En un internado del Opus Dei de Guayaquil (Ecuador), su ciudad natal, convive un grupo de adolescentes, fanáticas de las creepypastas, las historias breves de horror publicadas y compartidas a través del Internet. Crean una especie de secta que adora al Dios Blanco y atormentan a una inestable profesora de Lengua y Literatura, que se vengará sin compasión. La autora explora un universo femenino-monstruoso, perverso, simbolizado en la boca del cocodrilo, que esconde la mordedura más feroz y guarda a las crías. Un lenguaje perturbador transmite la inquietud y la transgresión de un relato que rompe los límites del thriller psicológico para escarbar en los oscuros sustratos violentos de eros y tánatos. Esta es la tercera novela de Ojeda, quien obtuvo una excelente acogida en España con su obra anterior, "Nefando". Fue incluida en la lista Bogotá 39-2017 que nombró a los 39 escritores latinoamericanos menores de 40 años con más talento y proyección de la década.