Los retos para lograr un mínimo bienestar de la humanidad son más grandes que la voluntad de los gobiernos, a veces renuente, supeditada al interés nacional, desbordada por la necesidad humanitaria de los conflictos, y circunscrita a los mandatos electorales. Por eso, la sociedad civil se implicó en el desarrollo, por vías religiosas o laicas, con motivos altruistas o más interesados, en forma de organizaciones humanitarias, gremiales o políticas, y no solo sociales, sino también del sector privado.
Lo explica el secretario de Cooperación en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Gonzalo Robles; y la funcionaria del Banco Europeo de Reconstrucción, Elena Ferreras, y nos describe un programa la directora de la Aecid en México, Montserrat Soles Franch.