El TBO, la publicación icónica que dio nombre al género del cómic infantil cumple cien años. Esta revista de historietas nació en 1917, en Barcelona, gracias a la iniciativa del periodista Joaquín Arques, que recogió la sugerencia del impresor Antonio Suárez de lanzar una revista infantil a semejanza de la muy popular, por entonces, “En Patufet”. En ese momento estaba por definir el formato de este tipo de publicaciones y el TBO contribuyó a forjar la expresión y el lenguaje a través de viñetas.
Tras unos inicios de escasa repercusión, en parte porque aún mantenía más texto que dibujos, el impresor vendió la cabecera al editor Joaquim Buigas, quien sería el director del TBO durante 45 años y el artífice de su éxito. Buigas le dio un aire más dinámico concediéndole más importancia a las historietas ilustradas, y centró su contenido en un humor blanco y atemporal. Gracias a ello, el TBO gozó de amplia popularidad durante las décadas de los años treinta y cuarenta. Gran parte de su éxito se debió a contar con una serie de grandes dibujantes, entre los que destacan, el retratista Opisso, el reconocido humorista gráfico Castanys, o autores como Benjam, Coll, Urda, Escobar, Muntañola, Blanco, Bernet Toledano, Raf o Sabatés.
A pesar de haberse mantenido durante la Guerra Civil, el TBO vivió una dura posguerra. El férreo control de los medios ejercido por la dictadura le impidió publicar periódicamente hasta 1952, quedando sometido a la presión de la censura. Aún así, el TBO llegará a alcanzar tiradas de 350.000 ejemplares a mediados de los cincuenta. Sin embargo, será a partir de 1957 cuando comience su decadencia; el desarrollismo, la aparición de la televisión y los cambios de hábitos de la sociedad española, provocarán que el humor inocente del TBO no case con los nuevos gustos. Para evitar la caída, sus responsables intentaron, en 1972, modernizar su línea trasformando su cabecera en el TBO 2000, e introduciendo nuevos formatos y contenidos. A pesar de ello, la revista continuó su pérdida y, tras pasar a Editorial Bruguera, en 1986, y después a Ediciones B, terminó sucumbiendo en 1998 ante sus problemas económicos.
Documentos RNE, con guión de Antonio Buitrago, recorre la historia del TBO junto a los periodistas e investigadores del cómic, Jordi Manzanares, autor de “100 años: el tebeo que dio nombre a los demás”, Antoni Guiral, coautor con Lluís Giralt de “100 años de TBO”, y Manuel Barrero, director de la revista en internet Tebeosfera.
La revista decana de las publicaciones infantiles y juveniles fue un reflejo de la sociedad española a lo largo de su historia. Todavía permanecen en la memoria de los lectores del TBO personajes o series que marcaron época como, "Melitón Pérez", "La familia Ulises", Las tiras cómicas de Coll o "Los grandes inventos del TBO" con el profesor “Franz de Copenhague”. También quedarán frases para la posteridad como, "ser un invento del TBO" o "estar más visto que el TBO". En 1968, la Real Academia Española ayudó a engrandecer su contribución social y cultural al incluir el vocablo “tebeo” en el Diccionario de la Lengua, para definir a todas las revistas infantiles de historietas cuyo asunto se desarrolla en series de dibujos.