Bienvenid@s a un bosque habitado por la luminosidad que parece brotar del suelo, bajo un cómodo dosel de hojas que aún cubre la bóveda del río. Así nos introduce Raúl de Tapia en nuestra experiencia en el bosque de Hayedo de Montejo de la mano de Alex Gesse, guía de baños de bosque, y que nos sumergió a un grupo de periodistas en un viaje al interior de la fronda.
Dice Gesse que todos nuestros sentidos están para ser despertados, para conectarnos con el bosque y que, cuando se liberan, las emociones se avivan, las conversaciones se desenvuelven y un nuevo mundo surge a nuestro alrededor. Pues bien, laEditorial Grijalbo (Me gusta leer), responsable de la publicación “Sentir el bosque. La experiencia del Shinrin-Yoku o baño de bosque”, de este autor español, nos metió en un pequeño autobús con Gesse, nos llevó hasta el Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, nos sumergió en el Hayedo de Montejo y, acompañadas por Julio Fernández y Mario Vega, de la Reserva, nos hizo sentir más de ocho o diez sentidos sobre la nieve, bajo la lluvia, junto al camino arbolado de hayas y robles y nos calentó el corazón y la conciencia ecologista boscosa.
Lo que vas a oír es el resumen de una experiencia colectiva real, es radio naturalista, es una invitación a visitar los bosques con respeto y admirar los puntos calientes de la biodiversidad de la que formamos parte.
Y lo hacemos con los textos del libro del propio Alex Gesse, el quejumbroso otoño de Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, las partículas VOC de Francis Hallé, las lecciones educadoras en verde de Heike Freire, y el precioso texto de Rosa Martin Tristan ySaltamontes elsaltodiario.com, in memoriam de la gran activista ecofeminista Aua Keita. Así, siente el bosqueel Club de la Hojarasca: Isabel Ruiz Lara, José Manuel Sebastián Campo, Julio Valverde y Pilar Socorro bajo la bóveda musical de la voz y el arpa de Therese Schroeder-Sheker.
Y ahora coge la capa de lluvia, las botas de nieve, el cayado tallado a mano y acude con todo tu cuerpo a flor de piel y toda tu voluntad entregada al bosque al camino que nos lleva a Hayedo de Montejo, para sumergirte en un húmedo y fecundo baño de bosque, sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba Las Ramas!