"José Luis no tenía creencias religiosas propiamente dichas, pero era una persona muy elevada espiritualmente, creía en el hombre". Son palabras de Olga Lucas Torres, viuda del escritor y economista, para RNE donde también ha confesado que cumplió las dos cosas que Sampedro le había pedido antes de morir: "llevarle a ver el mar, y lo hice en Denia, y tomarse un Campari que se lo di, se quedó dormido y ya no despertó". Olga Lucas, la persona que mejor le conoce, le define como "alegre, vitalista, con alto concepto de la dignidad y de la conciencia tranquila, de la armonia entre lo exterior e interior".
José Luis Sampedro quiso escribir un último libro pero se quedó en unas notas difíciles de recomponer, según asegura su viuda, "para él escribir era vivir, no concebía la vida sin escribir, incluso en los últimos momentos, cuando ya estaba casi inconsciente hacía señas con las que pedía el bolígrafo", aunque ya no podía usarlo. "La mejor manera de recordar a José Luis", apunta Olga, "es leer su obra, ahí está todo" (09/04/13).