Se proyecta Negociador en Sevilla, una película sobre las negociaciones ETA-Gobierno con un Ramón Barea que cuaja uno de sus grandes trabajos como actor, Borja dialoga con el primer director del festival sevillano, Manuel Groso, sobre la secuela de Ocho apellidos vascos. En la segunda parte de este séptimo vicio entran a escena dos realizadores asturianos muy potentes, Marcos Martín Moreno que preseta Remine, el último movimiento obrero con los mineros asturianos y la emocionante lucha y desesperación por un oficio que agoniza. Ramón Lluis Bande ofrece una de los trabajos más radicales del festival, Equí y n'otru tiempu, un intento logrado de convertir el cine en monumento visual. A partir de unas fotografías de un encuentro entre un fotográfo y los últimos maquis asturianos se recuerda que hubo gente que dedicó su vida a no entregarse a la dictadura, y lo hace con un responsable y comprometido estilo fílmico.