Los controles de seguridad en los aeropuertos se convirtieron tras el 11-M en un proceso cuanto menos incómodo, sobre todo con la aparición hace meses del escáner corporal. Para asegurar los derechos de los pasajeros, la Comisión Europea ha unificado legislaciones sobre dicho escáner: los países pueden decidir si utilizarlos o no, pero en tal caso tienen que respetar una serie de normas. Por ejemplo: las imágenes obtenidas por el escáner se visionarán separadas del control de seguridad y no será posible retener ni copiar. Ignacio Rubio, presidente de la Asociación Española de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo, señala que aún hay que modificar, entre otras cosas, las competencias de la seguridad privada, ya que son estos agentes quienes suelen atender a los pasajeros cuando es la Guardia Civil quien debe ocuparse de los cacheos y registros (15/11/11).