Esta semana vamos a conocer a personas con altas capacidades. Superdotados con un coeficiente de inteligencia por encima de la media que luchan por encontrar su lugar en esta sociedad. Porque ser más inteligentes que el resto puede ser un don pero también puede ser un trauma y un problema para los afectados y sus familias. Muchos tardan años en descubrir qué les pasa, por qué son diferentes. Hay niños que a los pocos años de vida ya destacan y son casos evidentes pero la mayoría no se identifica para nada con el mito del superdotado: no son pequeños Einstein. Más bien al contrario, suspenden en el colegio y tienen problemas para relacionarse con sus compañeros. Un drama para las familias y los niños hasta que no se realizan el test que les da respuestas. Pero a veces pueden pasar años hasta llegar a esta conclusión. Cada superdotado es diferente. Pero cuando se finalmente se confirma que su inteligencia es superior y particular en cada caso, muchos empiezan a disfrutar de la vida. Algunos confiesan, que es "precisamente entonces cuando empieza la vida a pesar de que cueste asimilarlo al principio". Es la otra cara de las altas capacidades. Incluso, hay muchos casos que no han encontrado su lugar en esta sociedad y han terminado evadiéndose del mundo.
Asistimos a una jornada de la Asociación Española de Superdotados y con Talento que ha reunido a adultos y niños para hacer entrega de unos diplomas.