Un estudio científico, coordinado con Gemma Vilahur, del Centro de Investigación Cardiovascular de Barcelona, sugiere que tomar cerveza con moderación podría mejorar la recuperación tras un infarto. El experimento se realizó con animales a los que se les indujo un ataque cardiaco y se comprobó que los que fueron tratados con cerveza tuvieron una mejor cicatrización y menos arritmias con una mejora sustancial de la función cardiaca. Puede ser cerveza con o sin alcohol porque los responsables de ese efecto beneficioso son los polifenoles, sustancias con propiedades antiinflamatorias y antitrombóticas que también están presentes, y en mayor cantidad que en la cerveza, en el vino tinto. Hablamos con la doctora Gemma Vilahur.
Y descubrimos las Casas Colgadas de Cuenca, el monumento más emblemático de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1996.