Nacida en Viena, en 1879, Alma María Shindler tuvo la suerte de vivir desde su infancia en un entorno artístico privilegiado, frecuentado por renombrados artistas, bohemios y notables del ambiente cultural de la capital austriaca en la transición de los siglos XIX y XX.
Pocas mujeres han influido en tantos hombres de talento como Alma, uno de los personajes más polémicos y fascinantes de la Europa contemporánea, pero, sin duda, se sintió cómoda en ese papel de musa y fuente de inspiración de grandes músicos, poetas y pintores, como Gustav Mahler, Walter Gropius, Oskar Kokoshka o Franz Werfel.
Alma Mahler se atrevió a transgredir las normas que la sociedad de su tiempo imponía a las mujeres y actuó siempre desde la libertad, sin represiones.
En 1945, se instala en Nueva York, donde fué un destacado personaje de la vida cultural hasta su muerte, en 1964.
La mujer inteligente, bella, y culta..., la mujer de gran sensibilidad y proverbial buen gusto, no supo asumir, tal vez, el paso de los años.
