Annemarie Schwarzenbach, el retoño inconformista de una familia de ricos industriales de Zurich, vino al mundo en 1908. Desde niña, afloran unas inquietudes y una sensibilidad extraordionarias. Su familia, solicita varias entrevistas médicas para comprender su rara conducta, y se le diagnostica esquizofrenia, algo que nunca fué contrastado.
A los 19 años, ingresa en la Universidad de Zurich, para estudiar Historia y Literatura. Comienza entonces su producción literaria de ficción.
Extremadamente delgada, de una belleza sublime, impactante, refleja, no obstante, una gran aflicción y abatimiento.
Doctora en Historia, arqueóloga y reportera, entre otras dedicaciones, entre 1934 y 1941 realiza innumerables viajes por Asia, Africa, Europa y EEUU, la mayoría de ellos en coche, con amigas fotógrafas o escritoras.
Su búsqueda desesperada del amor, sus dependencias, su complicada relación familiar, su atormentada exigencia, nos han dejado el regalo de páginas bellísimas. Su homosexualidad era evidente y conocida por quienes la trataron.
La viajera indómita y audaz, encontró la muerte a los 36 años, trás una caída en bicicleta. Se golpeó la cabeza y reaccionó días después. Al despertar, ya no pudo reconocer a nadie.