De Julia Peraire, apenas se sabe nada, pero ha pasado a la Historia inmortalizada, siempre bellísima, por el más brillante pintor impresionista español: Ramón Casas.
En la Barcelona de 1906, Casas conoce una noche, en la elitista Maison Dorée, a Julia Peraire, vendedora de lotería. La muchacha y el pintor burgués se enamoran perdidamente, pero la oposición familiar, sobre todo la madre del pintor, propicia que, aunque convivan durante 16 años, no se casen. La boda católica se celebra en 1022. El tiene entonces 56 años. Ella, 34.
Aún bendecida por la Iglesia, la unión horroriza a la buena sociedad barcelonesa, pero a Ramón Casas no parece importarle.
Julia y Casas vivirán juntos, amándose, otros 10 años más tras la boda. En 1932, Ramón muere y nada vuelve a saberse de Julia, Quedará sólo su imágen, para siempre, en los lienzos del pintor.