Los instrumentos fueron primero seres vivos. Formaban parte de árboles, de arbustos, como el boj, el cedro o el ciprés o eran determinadas partes de animales, como crines de caballo, plumas de ganso, tripas de cordero o cerdas de jabalí. Estos elementos naturales, transformados sabiamente en las manos del constructor, del luthier, se convierten en instrumentos musicales. De este modo, animales y vegetales transformados y ensamblados hablan, cantan y transmiten hasta nuestros oídos el arte del intérprete y del compositor. Se convierten en música.
Y el mago capaz de transformar esas ramas de cedro o esos cañones de plumas o esas tripas de cordero en instrumentos musicales es el luthier, el violero o el constructor de instrumentos. Un ''druída'' que transforma la naturaleza y la hace cantar. Hoy con ayuda de Rafael Marijuán nos adentraremos en este mundo tan singular.