La hemos escuchado mil veces, pero nadie nos explicó qué contiene. Nos situamos: 1899, los intelectuales finlandeses reaccionan frente al tiránico Manifiesto de Nicolás II. Sibelius se une y compone la "Música para la Celebración de la Prensa", con seis cuadros: la Canción de Väinämöinen, el bautismo de los fineses, el Duque Juan, la Guerra de los Treinta Años, la Gran Hostilidad y "Finlandia, despierta" (hoy escuchamos casi todo). De este último cuadro procede "Finlandia". Este breve poema sinfónco se abre con el "motivo de las tinieblas" (bajo el yugo ruso), el coral de la espiritualidad finesa, y sigue con el despertar (la canción de Genetz) y hasta una alusión a ¡¡la locomotora!!... El tren de la historia, del progreso imparable (paréntesis: repasamos músicas casi insulsas sobre ferrocarriles de Strauss, Rossini, Glinka...). Pero el tren de Sibelius está cargado de simbolismo. Y terminamos con el gran himno. Coda: la versión que hizo Rhonda Larson de ese himno, a veces titulado "Be still, my soul" ("Ten sosiego, alma mía"). Pues eso mismo les deseamos...