Surgió en una de las más auténticas y honestas familias de sobaos pasiegos (Sobaos Joselín) y hoy en día es de los grandes maestros queseros de los Valles Pasiegos que sigue manteniendo viva la tradición del queso fresco de nata. Su nombre, Álvaro Carral, y la quesería que dirige, junto con su compañera en este viaje vital, Maria, lleva la marca de Quesería La Jarradilla. Desde la pequeña población de Barcenilla, en Cantabria, no sólo ha mantenido y recuperado la tradición quesera pasiega, sino que ha sabido darle su personal carácter creando y elaborando algunos quesos, que sin olivdar su origen, dan un punto de disfrute hedonista al universo lácteo (su queso Divirín, es puro Placer Mundano).
Además ahora se ha embarcado en una cruzada donde el elaborador artesanal y el consumidor final podrán compartir espacio y sensaciones: La Quesería Conde Duque, en Madrid. Y todo cargado de una importante descarga sonora.