Así parece el destino de lugares que tuvieron antiguos usos y que ahora hay que adaptar a estos nuevos tiempos.
En el centro de la ciudad de Berlín, el aeropuerto de Tempelhof dejó de funcionar en el 2008. Esperando nuevos usos los vecinos y vecinas comenzaron a reivindicarlo como una gran zona verde, creando espacios para huertos y jardines compartidos y utilizando las pistas de aterrizaje como lugar ideal para patinar.
Kerstin es geógrafa social y formó parte desde el inicio de esa transformación. Nos habla del referéndum que se realizó en la ciudad de Berlín para decidir el nuevo uso que se dará finalmente al aeropuerto y que llegará a ser uno de los parques urbanos más grandes de Europa. Hablamos con ella del movimiento Allmende Kontor, una forma de jardinería comunitaria que tiene sus raíces en la economía colaborativa que ya existía en la edad media, y del juego de cartas que crearon hace un tiempo, para unir experiencias de huertos urbanos en Berlín. Tenéis más información en la red: urban-gardening-manifest.de.
Junto a Ignacio Somovilla, que nos ayuda en la traducción con Kerstin, paseamos luego por el pequeño bosque de Can Framis, un reducto lleno de chopos donde descubrir el paso de las estaciones y acercarnos a la ecología urbana. Allí encontramos a Jon Marín, autor del libro No hay mala Hierba. Jon nos habla de sus nuevos proyectos, entre ellos Bridepalla, una propuesta inspirada en las semillas Nendo Dango que el maestro Masanobu Fukuoka nos enseñó a crear y usar. Jon nos ayuda a entender la importancia de pasear y descansar en pequeños jardines bosque como en el que hemos conversado, nos ayuda a nuestra salud física y mental.
