Entrevista a Armando del Río

Gustavo siempre quiso ser un hombre de negocios. Por eso su vida cambia el día que consigue contraer matrimonio con Emma, una de las herederas de las Bodegas Cortázar. Manipulador, impulsivo, cruel, es capaz cualquier cosa con tal de alcanzar sus metas y no duda en utilizar a su mujer para ello. Así, entra en la familia Cortázar pensando que formará parte del negocio, pero para Don Vicente sólo sus hijos deben hacerse cargo de la empresa familiar y limita la tarea de Gustavo a la viña, lo que él califica como: 'mancharse las manos'. Si los Cortázar han permitido durante estos años que Gustavo esté en la familia ha sido por no ver sufrir a Emma y esto es algo que él sabe y aprovecha.