El proyecto de La Escuela de La Milagrosa en Pamplona parecía un reto imposible. Detrás tenía un muro de 9 metros de altura y dos de sus lados eran ciegos. Estaba encajonado, hundido y sólo recibía luz de un lado. Sin embargo, sus arquitectos, Carlos Pereda y Óscar Pérez, resolvieron el encargo envenenado con funcionalidad y elegancia, y el edificio ha recibido el reconocimiento unánime de la profesión a través de innumerables premios.
La Escuela infantil del barrio de La Milagrosa se levanta en un barrio periférico de Pamplona. El edificio está concebido como un elegante zócalo que se integra en el telón de fondo de bloques de viviendas de los años ‘60 y ‘70. El edificio es muy luminoso a pesar de los difíciles condicionantes de la parcela. La luz entra a través de la fachada orientada a Sur, de patios y lucernarios escalonados. Una celosía de hormigón protege los grandes ventanales de las aulas del soleamiento directo y de las vistas externas y la cubierta vegetal añade una zona verde al entorno.
- Géneros
- Servicio Público
- Idiomas
- Castellano