Presentamos una iniciativa que une las aguas marinas con la viticultura: la crianza de vino y cava en el fondo del mar con un estricto control enológico. Las primeras pruebas han dado un resultado sorprendente y de momento, se trata de una experiencia única.
En 2009 una familia de emprendedores de Cala Jóncols, entre Rosas y Cadaqués, empezó a sumergir botellas de vino tinto con resultados muy satisfactorios. Ahora, en colaboración con las bodegas Oliveda de Capmany, se han marcado un nuevo objetivo: la elaboración de cava subacuático de gran crianza. Tras un primer experimento el año pasado, Lab24 asiste a una nueva inmersión. Las botellas que van a pasar 10 meses a 17 metros de profundidad. Soportaran una presión de 2,7 bares a una temperatura que oscila entre los 11 y los 14 grados centígrados. Se trata de investigar qué cualidades puede aportar el envejecimiento en el medio marino.
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