Juan Cruz Hurtado Fernández, de 25 años y natural de Areatza, y su novia Manuela, sevillana de 21, solían frecuentar el bar Azul de Gernika, donde ambos vivían. Allí se encontraban el 2 de noviembre de 1978. Juan estaba sentado delante de la barra cuando varios terroristas con la cara tapada se le acercaron y le dispararon hasta en cuatro ocasiones, matándolo en el acto. Manuela también fue alcanzada por uno de los disparos, que le provocó heridas por las que tuvo que ser atendida en un centro sanitario.
Los asesinos llevaban varias semanas vigilando los movimientos de su víctima, a quien acusaban de ser de extrema derecha y de colaborar con la Policía. El día del crimen, a las 21.20, entraron en un garaje y robaron un vehículo a mano armada. Después esperaron a que Juan y Manuela llegaran al bar para atentar contra ellos.
Dos días después, ETA militar se hizo responsable de este asesinato y del de Rafael Recaola Landa, albañil acribillado el mismo día. El 4 de diciembre de 1982, la Audiencia Nacional condenó a José María Sagarduy Moja, José Antonio Echevarri Ayesta, Juan Carlos Gorrindo Echeandía y Enrique Aguirre Echeita como autores del atentado. La sentencia imponía a cada uno de ellos una pena de 23 años, cuatro meses y un día, además de una indemnizar a los herederos de Juan por su asesinato y otra a Manuela por las heridas sufridas en el atentado.