Cuadernos de coimas
El mayor escándalo de corrupción de la historia de Argentina.
Los presidentes de la república Argentina, primero Néstor Kirchner (2003-2007) y después Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), podrían haber sido los destinatarios de millones de dólares en una trama de corrupción que cambiaba influencia y poder por adjudicaciones de obras públicas.
Eso es al menos, lo que investiga la causa de los cuadernos de coimas (sobornos en argentino), una trama de empleados públicos y empresarios que ha sido destapada gracias a 8 cuadernos de anotaciones tomadas por un remisero (chófer) que llevaba en su auto a uno de los subsecretarios del Ministerio de Planificación a recoger las bolsas de dinero por Buenos Aires.
Esta es la historia de cómo salieron a la luz esos cuadernos, y de cómo afectan a los grandes nombres de la nación argentina.

Óscar Centeno

Hilda Horovitz

Jorge Bacigalupo

Diego Cabot

Carlos Stornelli

Claudio Bonadío

Néstor Kirchner

Cristina Fernández

Daniel Muñoz

Julio de Vido

Abal Medina

Roberto Baratta

Nelson Lazarte

José López

Ernesto Clarens

Carlos Wagner

Paolo Rocca

Ángelo Calcaterra

Óscar Centeno
Remisero de Baratta
Autor de los cuadernos
Su costumbre de apuntarlo todo ha sido el origen de que se haya destapado la trama. Entre 2005 y 2015 Centeno apuntó, primero de forma escueta, después con más literatura, los viajes que realizaba a recoger las bolsas de dinero negro con Roberto Baratta.
Cuando su pareja en aquel momento, Hilda Horovitz, intentó alertar a la justicia de la existencia de los cuadernos, Centeno decidió ponerlos a recaudo de un amigo, Jorge Bacigalupo, que los entregó al periodista Diego Cabot y este a su vez informó a la justicia.
Padre de 13 hijos en dos matrimonios, llegó a tener gracias al dinero de las coimas una flota de siete autos al servicio del Ministerio de Planificación Federal.

Hilda Horovitz
Pareja de Centeno
Pareja del autor de los cuadernos
Su intento de acudir a la justicia para revelar la existencia de los cuadernos, motivada por los malos tratos de Centeno, desató los movimientos que acabaron con los implicados ante la justicia.
Ajena a la causa judicial, conoció a Centeno dos años antes de que este empezase a trabajar con Baratta. Salia conmigo y salía con ella. Me daba plata para que me fuera a un hotel cuando quería venir con ella al departamento", contó Hilda.
Durante su relación con Centeno, Hilda aprendió a repartir fajos de billetes en bolsas para optimizar el espacio. De sus presiones a Baratta con llevar el caso a la justicia le queda el apartamento en el que vive.

Jorge Bacigalupo
Amigo de Centeno
Amigo de Centeno
Trabajó 40 años en una remisería en la que surgió su amistad con Centeno al que conoció en 1997. "A partir de 2003, cuando Kirchner asumió como Presidente nos seguimos viendo como amigos: él venía a casa, yo iba a la de él, no con suma frecuencia pero como una amistad común"
"Un día (entre septiembre y octubre de 2017) me trae una caja cerrada y me dijo: por favor, guardame esto. Yo le pregunté: '¿qué hay acá adentro?'. Y me dijo que eran anotaciones de él de su trabajo en el Ministerio con Baratta".
"Mi intención era que esto se conozca. Esta gente se llevó puesto todo" ha afirmado Bacigalupo en una entrevista concedida a Diego Cabot, el periodista al que eligió para remitirle los documentos, y que fue quien los llevó a la fiscalía.

Diego Cabot
Periodista
Periodista receptor de los cuadernos
Cuando Cabot vio los cuadernos supo que allí había algo importante escondido: Detalles de viajes en busca de sobornos del secretario del Ministerio de Planificación Baratta, con fechas, protagonistas y recorridos.
A Diego Cabot le entregó los cuadernos Bacigalupo por simpatía. Su hijo le había regalado la primera edición de su libro "Hablen con Julio" sobre Julio De Vido y las historias ocultas del poder kirchnerista.
En el momento en el que supo de la magnitud de la información que desvelaban aquellos 8 cuadernos redactados por Centeno, Cabot decidió junto a sus superiores de La Nación entregar la documentación al fiscal Carlos Stornelli.

Carlos Stornelli
Fiscal
Fiscal del caso
Es la primera mano de la justicia a la que llegan las copias de los cuadernos. El fiscal Stornelli acordó con Diego Cabot, el periodista que se los hizo llegar, que le avisaría cuando comenzase la investigación.
Stornelli lidera junto al juez Bonadío la investigación judicial sobre el caso, participa en los interrogatorios y ha cerrado una treintena de acuerdos con imputados para conseguir su colaboración.
Su objetivo es aclarar qué ruta seguía el dinero. “Ya sabemos casi cómo fue, muchos lugares donde se guardaba el dinero, contado por protagonistas, los roles de cada uno, los nombres y algunas sorpresas” afirma Stornelli.

Claudio Bonadío
Juez Federal
Investiga el caso
Antes de llegar al Poder Judicial estuvo en política. En 1993 el Senado aprobó su pliego para ser Juez Federal en lo Criminal y Correccional en Morón, pero nunca asumió el cargo. Ese mismo año Menem le metió en los juzgados Federales Criminales y Correcionales de primera instancia.
El consejo de la Magistratura ha tramitado 51 denuncias contra Bonadío. La mayoría (41) fueron desestimadas, ocho continúan en trámite y en las dos restantes el juez recibió sanciones disciplinarias.
En septiembre de 2001 mató a dos delincuentes tras un intenso tiroteo en Buenos Aires.

Néstor Kirchner
Presidente de la República Argentina
(Fallecido)
Ideólogo y destino final del dinero
Tanto los cuadernos de Centeno, como los testimonios de los arrepentidos apuntan a que Kirchner creó con su llegada al Gobierno una red de corrupción que consolidaba su poder con dinero negro.
Si las empresas querían acceder a concesiones de obra pública debían pagar un porcentaje al Gobierno, y este a la vez usaba ese dinero para conseguir sus objetivos, corrompiendo a empleados públicos o empresarios.
Néstor Kirchner llegó a la presidencia de Argentina en las elecciones de 2003, en las que quedó en segundo lugar con el 22% de los votos. Sin embargo, su oponente Carlos Menem renunció a la segunda vuelta electoral y Kirchner llegó a presidente.

Cristina Fernández
Presidenta de la República Argentina
Continuadora de la trama
En sus declaraciones judiciales sobre el caso la expresidenta ha mantenido siempre que ella no tenía conocimiento de la trama, y que era su marido quién se encargaba de temas económicos.
Según la investigación, el cobro de coimas se reactivó cuando Cristina Fernández se hizo con la presidencia de la República con la misma estructura que con Néstor, con Julio de Vido como organizador y Daniel Muñoz gestionando el destino final del dinero.
"Aunque debo reconocer que, en términos cinematográficos, esta película merecería recibir un Oscar por su originalidad. El guión es del fiscal Carlos Stornelli y uno de sus socios Marcelo D'alessio”, ha afirmado la expresidenta de Argentina sobre el caso.

Daniel Muñoz
Secretario Privado de Nestor Kirchner
(Fallecido)
El gestor de los Kirchner
Señalado como quien llevaba el dinero hacia su destino final: los Kirchner. José López, secretario de obras públicas, ha confesado que entregaba a Muñoz entre 100.000 y 300.000 dólares semanales procedentes de las coimas.
Empezó trabajando como cobrador en el estudio jurídico de los Kirchner en Río Gallegos, cuando aún no habían llegado a la política. Fue el secretario privado de Néstor Kirchner durante toda su presidencia y en los primeros dos años de Cristina al frente del ejecutivo.
Según las declaraciones ante el juez del arrepentido Juan Manuel Campillo, ministro de Hacienda de Santa Cruz, “Muñoz sacó unos 60 millones de dólares del país, para comprar propiedades en los Estados Unidos y venderlas por un monto aproximado de 70 millones de dólares”

Julio de Vido
Ministro de Planificación
El coordinador
Era quien organizaba el entramado de las coimas. Bajo su auspicio trabajaban los recaudadores. Él decidía cuánto y a quién había que pedirle coimas, organizaba los amaños en las adjudicaciones y se llevaba su parte.
Actualmente está involucrado en 10 causas judiciales y condenado desde octubre de 2018 a cinco años y ocho meses de prisión e inhabilitado de por vida por un accidente ferroviario de 2012, en el que murieron 52 personas.
“Si ustedes quieren seguir trabajando tienen que pagar” dijo De Vido al presidente de la Cámara argentina de la construcción, Juan Chediack, según ha afirmado el empresario.

Abal Medina
Jefe de gabinete
Uno de los cobradores
Recibía el dinero de manos de empresarios de La Campora, una agrupación juvenil kirchnerista. Según los cuadernos de Centeno el secretario personal de Abal Medina, Martín Larraburu, era el encargado de llevar ese dinero a la Casa Rosada.
"Siempre entendí que los aportes de privados eran voluntarios y de ninguna manera exigidos bajo coerción", afirmó Abal Medina ante el juez en un intento de vincular los movimientos a aportaciones a campañas electorales.
Es hijo de Juan Manuel Abal Medina, miembro destacado del movimiento peronista, obtuvo la nota (9,4) más alta hasta ese momento de la historia de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires.

Roberto Baratta
Subsecretario del Ministerio de Planificación
El principal cobrador
Está acusado de organizar hasta 90 sobornos. Si el ministro Julio de Vido era el cerebro de la trama, Baratta era su brazo ejecutor. Pesa sobre él el embargo de sus bienes hasta cubrir la suma de 4.000 millones de dólares.
Quince años antes de ser detenido manejaba un taxi y vendía quiniela. Su vida cambió el día que coincidió con Néstor Kirchner en un bar de Barrio Norte. Fue Kirchner quien le remitió a Julio De Vido, de quien terminó siendo número dos.
Le puso al frente en materia energética y por su despacho pasó gran parte de la relación con Venezuela y toda la importación de combustibles". Baratta ya había sido detenido por irregularidades en la compra de gas licuado.

Nelson Lazarte
Secretario de Baratta
Ayudante del cobrador Baratta
Si Baratta se convirtió en el ‘soldado’ de De Vido, él a su vez eligió a Lazarte para ser su segundo. Según los cuadernos, participó en el movimiento de bolsas de dinero junto con su superior.
Lazarte trabajaba en la mesa de entrada del Palacio de Hacienda, el cargo más bajo en la administración pública, cuando Baratta ya era un alto funcionario. No existen imágenes públicas de él.
Sin conocimientos teóricos o técnicos, Roberto Baratta eligió a Lazarte como secretario por su fidelidad. Las referencias que existen hacia él lo señalan como una persona humilde.

José López
Secretario de obras públicas
Uno de los cobradores
Fue el primer arrepentido. López le contó al Fiscal Stornelli que él cobraba a las firmas que tenían obras civiles, y Baratta a las que tenían contratos energéticos. “Estaba hecho para que nadie sepa lo que hacía el otro”, ni “dónde recaudaba”, fueron sus palabras.
Responsable durante doce años del kirchnerismo de la secretaría de Obras Públicas, afirma que siempre trabajaban bajo las órdenes de De Vido, y que Baratta no hablaba de los cobros salvo para transmitir órdenes del ministro.
López ha protagonizado una de las imágenes más esperpénticas del caso. Cuando intentó dejar en la puerta de un convento bolsas con nueve millones de dólares y un fusíl de asalto para que no le pillase la policía. La policía llegó al poco tiempo de que las monjas recogiesen el dinero.

Ernesto Clarens
INVERNES S.A.
Uno de los cobradores
Clarens se encargaba de cobrarle a las empresas que recibían contratos de Vialidad Nacional. "Había un decreto instaurado, si no pagaban el 10% no trabajaban" ha afirmado ante la justicia.
Como arrepentido, ha aportado al juez un listado de 40 empresas que participaban del amaño de contratos. Clarens recaudó entre 2005 y 2010 unos 30 millones de dólares, que entregó según su confesión a Daniel Muñoz, secretario personal de Kirchner.
Según Hugo Alconada, experto en el caso, Ernesto Clarens es una pieza clave para entender el movimiento del dinero, su conversión de pesos a dólares o euros, su destino final y su salida del país.

Carlos Wagner
Presidente de la cámara de construcción
Empresario colaborador
Fue el primer empresario arrepentido en reconocer el pago de coimas. Hasta ese momento otros empresarios habían reconocido aportes voluntarios a las campañas electorales del kirchnerismo.
Wagner operaba como un gestor de los sobornos en obra pública y ha confirmado ante el juez que De Vido era el organizador, Baratta y López los ejecutores, y que estos le confirmaron que el dinero “era para arriba” (refiriéndose a los Kirchner).
Según su declaración los montos del adelanto oscilaban entre el 10% y el 20% del total de la obra. Otro modo de entregar coimas consistía en devolver parte de lo que recibían como certificados de obra.

Paolo Rocca
CEO del Grupo Techint
Empresario pagador
El juez Claudio Bonadío considera a Rocca, dueño de la empresa privada más grande de Argentina, responsable del pago de sobornos a funcionarios públicos. Según los cuadernos de Centeno, los pagos los realizó el administrador de la empresa de Rocca Techint, Héctor Zabaleta.
Según la revista Forbes es el segundo argentino más rico del mundo. Su empresa es la única en el planeta en crear tubos de acero de una sola pieza.

Ángelo Calcaterra
IECSA
Empresario pagador
Es el vínculo del clan Macri con la causa de los cuadernos. Primo hermano del presidente de la República mientras se investiga la causa.
Comenzó a trabajar en la industria de la construcción de la mano de su padre, pero en 2000 se sumó a las empresas del hermano de su madre Franco, padre de Mauricio Macri, por lo que muchos le consideran el heredero del clan Macri.
Calcaterra, que no aparecía en la causa, decidió presentarse como arrepentido ante el juez cuando supo que su mano derecha, Javier Sánchez Caballero, había sido detenido. Carcaterra afirma que realizó los pagos en 2013 y 2015 para que se rebajase la presión sobre sus empresas (marcadas como políticamente opuestas a los Kirchner) y “poder trabajar”.