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Y en Singapur se hizo la luz

  • Es la carrera número 800 de la historia de la F1
  • Hamilton y Massa, separados por un punto
  • Renault introduce mejoras en la aerodinámica del R28

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El Gran Premio de Singapur será el primero que se corra por la noche.
El Gran Premio de Singapur será el primero que se corra por la noche.

El Gran Premio de Singapur, decimoquinta prueba puntuable para el Mundial de Fórmula Uno es este fin de semana. Es la primera carrera nocturna de la historia del campeonato y el primero de los cuatro últimos asaltos por el título de pilotos.

El Mundial llega a las calles de Singapur con el británico Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) y el brasileño Felipe Massa (Ferrari) en los dos primeros puestos del Mundial de pilotos separados por un solo punto (78 contra 77).

Más descolgados están el polaco Robert Kubica (BMW Sauber), con 64, y el actual campeón, el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), que suma 57 y sabe que necesita un milagro, como él mismo reconoció, para tener alguna opción de revalidar la corona obtenida el año pasado en Brasil.

Hamilton llega a esta carrera con los mismos puntos con los que salió del Gran Premio de Italia, toda vez que no prosperó el recurso de su equipo contra la sanción que se le impuso en el de Bélgica, en donde pasó del primero al tercer puesto a recibir una penalización de 25 segundos después de haber celebrado el triunfo sobre el podio del circuito de Spa.

La incógnita de una carrera por descubrir en todos sus aspectos hace casi imposible hacer vaticinios sobre lo que pueda ocurrir en una prueba ya de por sí histórica. Y la posible aparición de la lluvia multiplica las dudas. Los 5.067 metros del circuito urbano de Singapur esperan ser los primeros árbitros de la carrera por un Mundial más abierto que nunca.

El R28 introduce nuevas mejoras

Ya sin opciones de lograr el título desde hace bastantes carreras, el español Fernando Alonso (Renault), que duda de que el futuro de la Fórmula Uno esté en las carreras nocturnas, tratará de sacar provecho de un terreno desconocido para todos, e incluso de la posible aparición de la lluvia, para tratar de alcanzar su primer podio de una aciaga temporada.

Sus dos últimos resultados (sendos cuartos puesto en Bélgica e Italia) le permiten albergar esperanzas de cerrar de la mejor manera posible una campaña para olvidar en la que su R28 no le ha permitido pelear por su tercera corona. El bólido de Alonso tendrá en Singapur algunas novedades para esta carrera, como el estreno de un nuevo alerón delantero.

El Gran Premio de Singapur no sólo pasará a la historia por ser el primero que se dispute en horario nocturno, sino también por el hecho de ser la carrera número 800 en los 59 años de historia del campeonato del mundo de Fórmula Uno.

El ganador de esta carrera tendrá el honor de unir su nombre al de otros ilustres pilotos que también hicieron historia en el campeonato.

La carrera número 800

La carrera número 100 del Mundial la ganó en 1961 el inglés Stirling Moss; la 200 fue en 1971 para el escocés Jackie Stewart; la 300, en 1978 para el sueco Ronnie Peterson; en la 400 se impuso, en 1984, el austríaco Niki Lauda; la 500 se la llevó en 1990 el brasileño Nelson Piquet; la 600 el canadiense Jacques Villeneuve en 1997; y la 700, el italiano Giancarlo Fisichella, en 2003.

El urbano de Singapur es un circuito que se recorre en sentido contrario a la agujas del reloj. Su recorrido poco más de cinco kilómetros transcurre en plena Marina Bay, por enclaves como el puente Anderson, St. Andrews Road, Raffles Boulevard...

Se trata de la segunda carrera que se disputa en una ciudad-estado, aunque, al contrario del Gran Premio de Mónaco, que se disputa en un circuito estrecho lento y revirado, el de Singapur tiene como escenario una pista más amplia y rápida, con una media de velocidad estimada en 175 kms/h (la medida de la sesión de clasificación en Mónaco fue de 160) y una máxima en la recta principal de unos 290 kms/h.

La iluminación artificial es uno de los principales logros de los organizadores de este primer gran premio nocturno, cuyo coste total se estima de 30 millones de euros.

Para ello se ha tenido que desplegar 108.423 metros de cables y se ha instalado 240 postes de acero que sostienen los alrededor de 1.500 proyectores de luz. Todo ello hace que la luz generada sea cuatro veces más potente que la que se utiliza para alumbrar un estadio.