Klinsmann se conforma con caer "con honor"
- El técnico alemán cree que "sería exagerado decir que podemos remontar"
- El Bayer recupera a Lucio y a Lahm, mientras que Butt volverá a ser el portero titular
- El partido, en directo, en RTVE.es
Consciente de la magnitud del desafío que supone remontar el 4-0 del partido de ida, el entrenador del Bayern Múnich, Jürgen Klinsmann, se conforma con un resultado "digno" que permita a su equipo despedirse "con honor" de la Liga de Campeones ante el Barcelona, mañana en el Allianz Arena.
El técnico alemán, que ya dio la eliminatoria por perdida minutos después de la conclusión del partido de ida, repitió su discurso en la víspera del partido de vuelta. Prometió que su equipo "lo dará todo para intentar al menos ganar el partido", pero desde "un punto de vista realista", dio por hecho que el Bayern quedará eliminado.
"Sabemos que es imposible ganarles por cuatro goles de diferencia", manifestó Klinsmann, "porque es un equipo excepcional, el mejor de Europa en este momento, así que queremos ganar para despedirnos con honor de la competición".
Entre sus motivaciones para afrontar el partido, Klinsmann reseñó la necesidad de "demostrarnos a nosotros mismos y a los aficionados dónde estamos". El técnico del equipo bávaro reiteró que el Bayern conoció sus límites en el Camp Nou y que la derrota fue "el final del trayecto europeo, como el año pasado lo fue en San Petersburgo", en la Copa de la UEFA ante el Zenit.
"Sería exagerado decir que podemos remontar. Hay que ser realistas, es prácticamente imposible", concedió Klinsmann, quien sin embargo animó a sus jugadores a evitar los errores del Camp Nou -"tuvimos demasiado respeto por el rival, no estuvimos agresivos, dejamos espacios y hubo algunos jugadores que perdieron un poco los estribos"- y prometió un Bayern "diferente, con más estabilidad y confianza", reforzado con el regreso de Lahm y Lucio tras sendas lesiones.
Klinsmann también confirmó que Butt volverá a ser el portero titular ("mañana y durante las próximas semanas") y que el gesto de Franck Ribéry tras marcar un gol ante el Eintracht de Frankfurt (4-0), mostrando un número cinco pintado en la palma de su mano, era una dedicatoria a su compañero Van Buyten, dorsal '5' del Bayern, ausente durante los últimos partidos de su equipo por la enfermedad de su padre.
Especialmente cuestionado tras la derrota en el Camp Nou, Klinsmann confesó que ha vivido "días muy duros" después del 4-0, pero subrayó su compromiso con el club. "Las críticas forman parte de este trabajo. Sobre todo, en un club tan grande como el Bayern. Pero me preocupa mi trabajo, no lo que digan de mí. Vivo con ello y sigo orgulloso de entrenar a un equipo como éste", dijo.
"Me hubiera gustado celebrar una Pascua un poco diferente. Pero es importante ser fuerte, resistir. El balance se hará a final de temporada, y espero que sea positivo", comentó Klinsmann, centrado ya en apurar sus opciones en la Bundesliga: su equipo es segundo, a tres puntos del líder, el Wolfsburgo.