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España quiere asaltar el templo de los 'faraones'

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Egipto, un rival poco de fiar

La selección española de balonmano tratará de certificar su pase a la segunda fase del Campeonato del Mundo con un triunfo sobre un Egipto, que en nada se parecerá al equipo que cayó, apenas hace unas semanas, por un contundente 37-21 ante España en Murcia. [España - Egipto en directo, 20:30 h]

Un duelo en el que como reconoció el técnico egipcio, el alemán Jorn Uwe Lommel, reservó durante más minutos de los convenientes a sus principales estrellas, con el objetivo de no dar más información de la necesaria al combinado español.

Estrellas entre las que sobresale Ahmed El Ahmar, un explosivo lateral, aunque también puede hacer las funciones de extremo derecho, sobre el que pivota todo el juego ofensivo del conjunto Egipcio, que necesita la victoria para seguir manteniendo vivas sus opciones de clasificación.

Aunque por encima de individualidades, entre las que también destacan los extremos de Belal Awwad y Moustafa Sayed o el lateral izquierdo Mohamed Abdel Wares, la principal preocupación del conjunto español será la agresiva defensa abierta que suelen plantear los subcampeones de África.

Una defensa muy parecida a la que España ya padeció ante Túnez y que tantos problemas causó al equipo español, que deberá ahondar en la ligera mejoría que mostró en ataque ante Alemania, en especial, en los últimos minutos, en los que por primera vez en el torneo pudo conectar con el pivote Julen Aguinagalde.

La figura del jugador del Ciudad Real se antoja decisiva en un choque en el que España no debería sufrir, si logra aprovechar los espacios que deja la adelantada defensa egipcia, para surtir de balones al pivote guipuzcoano.

Menos dificultades se prevén en defensa si el conjunto español sigue manteniendo el excelente nivel que ha mostrado en los últimos partidos, en los que España ha cimentado sus triunfos en una inexpugnable defensa, que se ha convertido en la imagen de marca de este equipo.

Un entramado defensivo al que tan sólo le ha faltado hasta el momento una mayor aportación de la portería, a priori una de las líneas más solidas de la selección, en especial de Arpad Sterbik, que tendrá ante Egipto la oportunidad de reivindicarse en este campeonato.

Egipto trata de frenar su declive internacional

Relegada del trono africano por Túnez, la selección de Egipto afronta la cita mundialista como un intento de frenar el lento e inexorable declive iniciado en el año 2001, cuando el conjunto africano se atrevió a desafiar la hegemonía europea.

Lejos queda ya el título de campeón júnior conquistado en 1993 o el ilusionante 1999, en el que Egipto, dirigido entonces por el español Javier García Cuesta, se creyó en condiciones, dada su condición de anfitrión en el Campeonato del Mundo, de convertirse en el primer equipo no europeo capaz de ceñirse la corona universal.

Un sueño que a punto estuvo de hacerse realidad dos años más tarde en Francia, donde Egipto de la mano del ex jugador del Ciudad Real Husseim Zaky, elegido mejor central del torneo, se convirtió en la primera selección no originaria del viejo continente en alcanzar las semifinales de un Mundial.

Desde entonces, Egipto que también puede presumir de ser el primer combinado africano en participar en un Mundial, en 1964 en Checoslovaquia, ha ido perdiendo posiciones en el escalafón internacional hasta bajar a la decimocuarta plaza que ocupó en el pasado Mundial de Croacia, tras caer ante España por 28-24 en el partido final.

Puestos que difícilmente podrá superar el joven equipo dirigido por el alemán Jorn Uwe Lommel que, pese a no descartar ninguna sorpresa, es consciente de que el principal objetivo en Suecia será adquirir la experiencia internacional de la que carecen la mayor parte de sus integrantes.

De hecho, once de los dieciocho jugadores con los que el técnico germano ha afrontado la última fase de la preparación mundialista, nunca han disputado un Campeonato del Mundo como consecuencia del cambio generacional en el que está inmerso el equipo egipcio, que tiene puestas sus esperanzas en la nueva hornada de jugadores que en 2009 lograron la cuarta plaza en el Mundial júnior.

Esperanzador futuro, que no está reñido con el presente que representan jugadores como los extremos Belal Awwad y Moustafa Sayed o el lateral izquierdo Mohamed Abdel Wares, sin olvidar, por supuesto, al lateral derecho Ahmed El Ahmar, la gran estrella del conjunto africano.