"Córtame el dedo, así podré ir más ligero en los Alpes"
- Esta frase de Vietto dio lugar a es una de las leyendas más famosas del Tour
- Se produjo en el Tour de 1947 justo antes de que el pelotón llegara a los Alpes
- Repasa lo mejor de la historia del Tour de Francia
El Tour de Francia es algo más que una carrera ciclista, es una fuente inagotable de anécdotas y leyendas que a lo largo de sus 108 años de historia han nutrido de pasión y misticismo a los miles de aficionados al mundo de la bicicleta.
Una de las leyendas menos conocidas y en la que más contradicciones se encuentra uno cuando investiga por encima. Sucedió en el Tour de 1947 y tiene como protagonista a uno de los corredores más carismáticos que ha acogido la 'Grande Boucle': René Vietto (Rocheville 1914, Bollène 1988).
El pequeño Vietto era un ciclista que se había ganado el cariño de todo el público francés en los años 30 gracias a sus infortunios encima de la bicicleta. Infortunios que comenzaron a partir de 1931, cuando Vietto abandonó su puesto de botones en un hotel de su Cannes natal por la bici.
Vietto saltó a la fama en 1934 cuando solo tenía 20 años. René acudió al Tour como gregario del famoso Antonin Magne (ganador del Tour en 1931 y 1934) y logró ganar tres etapas en el transcurso de la ronda. Cuando la carrera llegó a los Pirineos, en la ascensión del Portet d´Aspet, su director técnico le ordenó detenerse para ceder su rueda delantera a Magne, que había sufrido una avería. Vietto acató las órdenes como corresponde a un gregario y su imagen envuelto en lágrimas, sentado a la orilla de la carretera a la espera del coche de asistencia durante 20 minutos, quedó almacenada para siempre en la retina de los aficionados.
Vietto acabó quinto en París y líder de la Montaña con cinco victorias de etapa en la maleta. En el Tour del 39, fue segundo y tras el parón en la ronda gala causado por la II Guerra Mundial volvió al Tour ya como jefe de filas en 1947 con 33 años.
En la segunda jornada, de Lille a Bruselas, se puso líder gracias a una gran escapada pero perdió el maillot amarillo por culpa de una posterior contrarreloj. Dice la leyenda que el día antes de comenzar la primera etapa en los Alpes, territorio en el que Vietto más cómodo se encontraba, el dolor que le producía una septicemia (algunos afirman que era una dureza) en su pie le llevó a proponer una barbaridad a su médico: "Córtame el dedo, así podré ir más ligero", ordenó.
Esta leyenda del Tour de 1947 añade que Vietto ordenó además que se hiciera lo mismo con su compañero de equipo y gregario Apo Lazarides, quien –lógicamente– se negó a que se le fuera amputado el dedo: "¿Yo? ¿por qué?, no lo necesito".
La respuesta de su líder Vietto fue tajante: "Porqué lo digo yo". No se quedó solo ahí la afirmación del que muchos bautizaron como 'Poulidor de entreguerras' ya que él buscaba la entrega abosulta de su compañero, "¿Dónde está mi gregario cuando lo necesito?", añadió (siempre según la misma leyenda) Vietto recordando tal vez lo que él tuvo que hacer por un líder cuando era gregario.
La diferencia entre los dos ciclistas era que Vietto amaba el ciclismo por encima de todo mientras que Apo Lazarides amaba la vida.
Así era René Vietto, genio y figura. Uno de los grandes nombres de la historia del ciclismo que tras su retirada siguió vinculado al ciclismo como director deportivo.
Falleció el 14 de octubre de 1988 en la localidad francesa de Bollène y en su país continúa siendo todo un referente gracias a su valía, a sus imágenes en el Tour del 34 y a su faceta de actor y buen comunicador delante de las cámaras.
Puede que esta última de sus facetas reste credibilidad a la leyenda de su dedo pero se trata de una historia que aún es citada en medios internacionales tanto franceses (el diario Libération, entre otros) como británicos (The Independent o The Telegraph, sin ir más lejos).