El Atlético pasa a cuartos con suspense
- El partido se desarrolló sin brillantez y se decidió en la tanda de penaltis
- Un fallo del alemán Kiessling dio el pase al conjunto español
- Antes un gol de Mario Suárez igualó la eliminatoria para los rojiblancos
- Datos y estadísticas del Atlético de Madrid 1 - B. Leverkusen 0 (penaltis)
Ficha técnica:
1 (3) - Atlético de Madrid: Moyá (Oblak, m. 20); Juanfran, Miranda, Giménez, Gámez; Arda, Mario, Koke, Cani (Raúl García, m. 46); Griezmann y Mandzukic (Fernando Torres, m. 83).
0 (2) - Bayer Leverkusen: Leno; Hilbert, Toprak, Spahic, Wendell; Castro, Bender (Papadopoulos, m. 104); Bellarabi, Calhanoglu y Son Heung-Min (Rolfes, m. 77); y Drmic (Kiessling, m. 69).
Gol: 1-0, m. 27: Mario Suárez, de disparo desde fuera del área, que rebota en Toprak y despista al portero Leno.
Penaltis: 0-0: Raúl García, fuera. 0-0: Calhanoglu, para Oblak. 1-0: Griezmann, gol. 1-1: Rolfes, gol. 2-1: Mario, gol. 2-1: Toprak, fuera. 2-1: Koke, para Leno. 2-2: Castro, gol. 3-2: Torres, gol. 3-2: Kiessling, fuera.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a los locales Giménez (m. 30), Gámez (m. 72), Mario (m. 75) y Fernando Torres (m. 110) y a los visitantes Spahic (m. 26), Toprak (m. 65), Calhanoglu (m. 78), Wendell (m. 90), Kiessling (m. 102) y Papadopulos (m. 113).
Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores.
El Atlético de Madrid estará en el bombo de cuartos de final de la Champions League, después de superar al Bayer Leverkusen en la tanda de penaltis. El partido llegó al tiempo extra gracias a un gol de Mario Suárez.
La eliminatoria se tuvo que decidir en los penaltis después de un encuentro tenso y bronco, sin apenas fútbol. El gol se vendió caro incluso desde los once metros, donde se impuso el que menos falló; Kiessling la mandó fuera y desató la euforia en el Calderón.
Sorprendió el técnico rojiblanco dando entrada de inicio a Cani en lugar del capitán Gabi. El medio que llegó en invierno del Villarreal intervino providencialmente en la jugada del único gol del partido.
El técnico argentino había pedido un Calderón pleno de ruido para animar a su equipo a remontar el resultado adverso de la ida (1-0). Un marcador peligroso a pesar de su cortedad. El público respondió desde antes incluso del pitido inicial -estremecedor el himno 'a capella'-.
Y el equipo correspondió con intensidad, presión constante y peleando cada balón; latido a latido. El Leverkusen trataba de adormecer el partido.
Eso sí, cuando robaban y salían en tromba tratando de sorprender al Atleti por las espaldas no parecían dormidos, sino todo lo contrario. Estaba avisado el conjunto rojiblanco de la ida y la zaga ya no se intimidaba tan fácilmente.
A los veinte minutos se lesionaba en los isquiotibiales el meta Moyá y tenía que dejar su sitio a Oblak. Primer contratiempo para el Atleti al margen del ya asumido de tener que remontar. Nadie dijo que fuera a ser fácil, y había que darle un punto de épica.
El juego de ida y vuelta de la primera parte animaba y asustaba por igual a la hinchada rojiblanca, que en plena euforia se llevó la alegría en un rebote a falta de buen juego.
Mario empata la eliminatoria
Cani recogió un rechace para centrar de cabeza a Mario Suárez en la frontal y este empalmó un zurdazo que, gracias a los rebotes en defensas rivales, despistó a Leno para meterse en la portería (minuto 26). Otra vez en una jugada a balón parado.
Lo que falló la zaga alemana a la hora de taponar el tiro de Mario lo corrigió Wendell rebañando el segundo de las botas de Mandzukic, cuando este se quedaba solo mano a mano ante Leno. El público estaba enardecido y respondía a cada falta y cada córner animando más.
Pero, eso sí, cada metro cuadrado era un campo de batalla. Cada intento de disparo era punteado o desviado, como el gol pero sin la misma suerte. No había fluidez en el juego, pero con la eliminatoria igualada ya no era tanta amenaza el paso de los minutos.
La intensidad local decayó un poco al final del largo primer tiempo -cuatro minutos extra por la lesión de Moyá-, lo que aprovechó el Leverkusen para pisar más el área defendida por Oblak y verle más de cerca.
Mandzukic aguanta lesionado
El segundo tiempo comenzó con el cambio de Raúl García por Cani, cuando el susto lo había dado Mandzukic al irse al vestuario 15 minutos antes con molestias.
El croata era una pieza vital para ganar balones en largo, oxigenando a la defensa cuando sus compañeros se veían presionados. Lo intentó el ariete rojiblanco, y estuvo a punto de ser sustituido a la hora de partido pero aguantó estoicamente.
El fútbol seguía sin aparecer. Los goles brillaban por su ausencia de no ser por otra aparición providencial de la estrategia colchonera. El que no desaparecía era el Calderón; no era una masa de aficionados, era un ente con personalidad propia cada vez que se arrancaba con el himno.
Aunque lo intentó Arda Turan a diez minutos del final a pase de Griezmann en una contra bien llevada por el Atlético. El meta Leno se estiró bien. La intensidad no decaía y el Calderón correspondía como el jugador 12 que pidió Simeone.
Era el ambiente propicio para la entrada de Torres para dar descanso a un sacrificado y heroico Mandzukic. En el Leverkusen habían hecho dos cambios pensando en la prórroga y se reservaban el tercero; sobre el césped, también pensaban en el tiempo añadido.
Prórroga y penaltis
Y la prórroga llegó, como estaba cantada, con la misma pelea sobre el césped a falta de juego fluido y elaborado. Raúl García se llevó una brecha en la cara como recuerdo de la dureza con que se emplearon los alemanes.
El cansancio era un jugador más y la táctica era no fallar. El tercer y último cambio del Leverkusen, Papadopoulos por Bender, fue toda una declaración de intenciones de quién daba por buenos los penaltis.
No así el Atlético, volcado sobre la portería de Leno, que era el único de los dos porteros con algo de trabajo. Dio uso a sus guantes en un derechazo de Raúl García y a un cabezazo de Torres, entre otras acciones.
Pero el gol no llegaba y hubo que ir a decidir el ganador en el punto de penalti. De nuevo apareció el aliento del público, incansable durante más de dos horas para cantar de nuevo el himno sin decaer en una sola nota.
La igualdad era total incluso en la tanda de penaltis. Fallaron Raúl García y Toprak; pararon uno cada uno Leno y Oblak. Pero fue el fallo de Kiessling el que hizo desatar la euforia. El viernes estará la bola del Atlético en el bombo de cuartos.