Así ha sido la Vuelta en la que Nairo Quintana por fin ha mirado a Froome desde lo más alto
- El colombiano se saca la espinita de las derrotas en el Tour ante el británico
- La ajustada victoria de Quintana se une al triunfo en el Giro de Italia 2014
- Froome ocupa de nuevo el segundo escalón en la ronda española como en 2011
- Alberto Contador, dinamitador de la carrera, acaba cuarto por detrás de Chaves
- Fotogalería: La fiesta de la Vuelta ciclista a España en las calles de Madrid
"Me he sacado la espina del Tour", declaraba Nairo Quintana (Movistar) nada más traspasar la meta en el Alto de Aitana y es que el colombiano, que desde principios de año soñaba en amarillo ha tenido que conformarse con soñar en rojo en la fiesta colombiana que vivió Madrid. No sin sufrimiento, algo lógico cuando enfrente está un fuera de serie como el británico Chris Froome (Sky).
Ambos corredores llegaron al arranque de esta Vuelta a España 2016 en tierras gallegas como favoritos pero un escalón por detrás de Alberto Contador (Tinkoff) debido a que este se pudo ahorrar el esfuerzo de las tres semanas de la Grande Boucle. Además, Nairo sufrió en Francia "unas alergias" que le impidieron poder rendir como esperaba y acabar tercero.
Igualdad de principio a fin
En la ronda española todo iba a estar más parejo, se demostró el primer día en la contrarreloj por equipos cuando Movistar y Sky clavaron el mismo tiempo a la hora de recorrer los 27,8 kilómetros con los que se subía el telón en Ourense.
En la tercera etapa se puso en duda ese papel de máximo favorito que le habían colocado a Contador cuando no soportó el ritmo de los mejores en la subida al Mirador de Ézaro. Después del muro gallego ya estaban todos a la misma altura en las quinielas.
Como en toda gran vuelta, las caídas en la primera semana jugaron un papel trascendental. En esta ocasión, el primero de los gallos que se fue al suelo, y además tuvo que abandonar, fue el holandés Steven Kruijswijk (Lotto Jumbo) por culpa de un bolardo no señalizado por la organización. Dos días después el que se fue al suelo fue Contador en Sanabria, otro mazazo para el de Pinto.
La Camperona, la primera gran vara para medir
Hasta la octava etapa no se subió un gran puerto de categoría especial, fue La Camperona, en el valle leonés de Sabero. Allí Nairo Quintana demostró que a esta Vuelta había venido para reivindicar su título honorífico de mejor escalador del mundo. Ya en Asturias, al día siguiente, vivimos la única victoria española en esta 71ª edición a cargo de David de la Cruz.
Nairo gana en Covadonga, Froome contesta en Peña Cabarga
Igual que ahora en el podio de Madrid, Quintana rememoró para todos los colombianos los días de gloria de su ciclismo cuando en el tercer día del tríptico asturleonés se impuso en lo más alto de los Lagos de Covadonga, rememorando los triunfos de Lucho Herrera (primer colombiano en ganar una Vuelta) y Oliverio Rincón.
Pero Chris Froome no se iba a inmutar, él sabía de sus capacidades y era consciente, como confesó a TVE su compañero David López, de que el ciclismo de ataque tras ataque en las rampas más duras no era para él.
Froome miraba a su potenciómetro y así fue el mejor en la subida a Peña Cabarga (donde ya había sido el mejor en 2011), suscitando así un debate sobre la conveniencia o no de los potenciómetros que no dudó en condenar.
Contador dinamita la carrera en Pirineos
Con este pulso entre Nairo y Froome, con Contador y el resto en segundo plano, se llegó al tramo decisivo de la carrera en Los Pirineos. La etapa reina de la carrera se iba a recorrer íntegramente en suelo francés y, tal vez por culpa de la elevada expectación, no se hicieron las diferencias que buscaban los seguidores de Quintana, sabedores del poder de Froome en la contrarreloj.
Menos mal para Movistar y para los aficionados amantes del espectáculo que en esta Vuelta estaba presente Alberto Contador. Al de Pinto se le echó de menos en el Tour porque parece el único capaz de hacer saltar por los aires una carrera y así lo refrendó en la decimoquinta etapa al atacar en los primeros kilómetros, llevarse consigo a Nairo Quintana y pillar con el paso cambiado al todopoderoso equipo Sky. Aquel día el colombiano dejó prácticamente sentenciada la ronda ciclista española.
Froome necesitó 20 kilómetros más de contrarreloj
Ya solo quedarían por delante tres oportunidades para que Chris Froome diera la vuelta a la clasificación: Mas de la Costa, la crono de Calp y el Alto de Aitana.
El triple ganador del Tour de Francia voló en la lucha contra el reloj y dejó la desventaja en 1'21'' pero no pudo doblegar al líder del potente Movistar en el Alto de Aitana.
El que sí supo escalar un peldaño en el podio final fue el también colombiano Esteban Chaves. Un premio merecido para uno de los equipos más batalladores y que mejor se han movido en carrera desde el primer día. Contador por su parte encajó con gallardía la derrota, al fin y al cabo él solo sabe lo que es subir a un podio si se está en lo más alto.
Así concluyó una de las Vueltas ciclistas a España más competidas y más espectaculares que se recuerda. Ahora toca ya mirar al futuro y comprobar si algún día se verá la foto de Madrid en París, con Nairo en lo más alto por encima de Froome. Suceda lo que suceda en Francia, en España estaremos esperando siempre que quieran por más duelos como el de este año.