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Europeo de balonmano 2018

El balonmano español, de nuevo en lo más alto gracias al alquimista Ribera

  • Jordi Ribera y sus Hispanos han sumado en Croacia el primer Europeo español
  • La riqueza táctica y la inteligencia en el juego se imponen otra vez al físico

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El método Ribera lleva a los Hispanos de nuevo a un oro

Con la sinceridad por bandera, pocos apostábamos a que la selección española de balonmano nos iba a dar la alegría que nos ha dado en este Europeo de Croacia 2018. La costura que ha llevado a cabo Jordi Ribera de jugadores que lo han ganado todo con otros de mucha hambre ha colocado al balonmano español de nuevo en lo más alto. La táctica y la inteligencia se han vuelto a imponer al físico y a los centímetros.

El premio le ha llegado al técnico catalán después de una carrera labrada en los banquillos de los combinados nacionales. Los éxitos a nivel de club se los trabajó en Gáldar, llevando al equipo canario a vivir sus mejores días en la élite, y en León, al encargarse de ocupar el vacío que había dejado en el club Manolo Cadenas con su marcha al Barça.

Antes incluso de ocupar el banquillo del Ademar se estrenó como seleccionador con Argentina —la tarea que hoy desempeña Cadenas, casualmente— y con Brasil. Con los brasileños se comprometió a preparar la cita de Río 2016 y el conjunto verdeamarelo pasó de ser un equipo de un deporte que apenas se conocía en el extenso territorio a la mayor potencia balonmanista de América.

Otra vez con Cadenas como predecesor llegó a la selección española en 2016. Cambió Brasil —un equipo al que él mismo calificó como "su hijo"— por el combinado de su país a pesar de que perdía dinero pero es que era la oportunidad que durante tanto tiempo había esperado. No podía desaprovecharla.

Entrevista: El Balonmano según Jordi Ribera - ver ahora

Camino difícil hasta el triunfo de Zagreb

Con su librillo lleno de riqueza táctica llegó el maestro Ribera, convencido de que tenía que dotar a los Hispanos del espíritu ganador que les faltó en la final del Europeo 2016 (Alemania 24-17 España). Una derrota dura no solo por el marcador sino también por la imagen de impotencia mostrada.

Algunas voces pidieron revolución en las convocatorias pero Ribera apostó por coser a supervivientes del Mundial 2013 como Viran, Guardiola, Sarmiento, Cañellas o Julen con jugadores de sobrado talento a los que el gran público no conocía por sus pocas experiencias en la selección y por haber tenido que abandonar España para explotar en ligas extranjeras, los Ferrán Solé, Davids Balaguer, Alex Dujshebaev, Adriá Figueras y compañía.

Su primer envite en el Mundial de Francia 2017 no salió como esperaba, Croacia les eliminó en cuartos de final por un solo gol y los Hispanos acabaron quintos. Había mimbres. En Croacia 2018 se han ganado el triunfo más anhelado, la primera victoria española en un Europeo, a la quinta fue la vencida.

En este torneo han ido claramente de menos a más. De caer derrotados ante Dinamarca o Eslovenia a vencer, digamos que con holgura, a Francia en semifinales y a la joven Suecia en la final. Además de acertar en la conformación de "esa pequeña familia", Ribera y su cuerpo técnico han sido fundamentales a la hora de tomar decisiones en diferentes fases del torneo como el machacar a Macedonia e incluso rotar en su primer match ball, el reclutamiento de Sterbik cuando el héroe Pérez de Vargas se lesionaba o la defensa 5-1 ante Suecia en la segunda parte de la final.

"Un día feliz para este deporte"

"Encontramos el cambio que nos ha permitido jugar alegres, con más organización, más anticipación y repliegue defensivo, con Arpad a gran nivel y con más ideas en ataque. Nos hemos puesto por delante en el marcador, ellos han acusado el desgaste físico y se han precipitado, y de esta forma hemos llegado al final del partido con una renta cómoda. Hemos sido mejores", explicaba con la medalla de oro colgada al cuello.

La obra de Ribera se había consumado en Zagreb. "Mi felicidad es por el grupo y por lo que ha conseguido, el equipo siempre ha tenido un espíritu ganador, ha creído desde el principio. Hemos tenido que hacernos grandes ante las adversidades, ante las lesiones, ante los altibajos", añadió.

Con su humildad habitual, el técnico de los Hispanos se acordó de todo el balonmano nacional para concluir: "Hoy es un día feliz para este deporte, hoy es un día de reconocimiento a todos los que trabajan día a día por este deporte en la sombra, como puedan ser técnicos, árbitros, directivos de clubes o jugadores jóvenes que luchan a diario por emular a sus ídolos y llegar hasta aquí".

Actores en este mundo del balonmano español como lo era él mismo y sus ayudantes hace no muchos años. Currantes movidos por su pasión antes que por unos intereses económicos —totalmente inexistentes hoy en día— y que dan a España, generación tras generación, un inagotable goteo de campeones.