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El Real Madrid se proclama campeón de la Copa de Europa 2013-2014, después de ganar al Atlético de Madrid en la final española por 4-1 en la prórroga. Hasta el minuto 93 era el Atleti el campeón, pero Ramos volvió a meter a su equipo en la final, hacia la Décima.

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El delantero hispano brasileño se tuvo que retirar en el minuto 9 de partido, al resentirse en su lesión del bíceps femoral derecho. Después de buscar un tratamiento milagroso en Serbia, forzó y salió de inicio. Pero se tuvo que retirar al romperse para ser sustituido por Adrián López. Simeone se vio obligado a agotar un cambio, que a la postre se antojaron claves. Fue uno de los pocos errores tácticos del técnico Diego Simeone, que buscó la victoria en el tiempo reglamentario de juego, sabedor de la poca resistencia física que tenían los suyos. Llegaban mermados y vieron a las primeras de cambio cómo perdían a su mejor referencia en ataque.

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El Atlético sacó provecho de sus jugadas a balón parado, una vez más. El uruguayo volvió a ser el héroe -temporalmente- del Atlético ante la ausencia de Diego Costa. Marcó también de cabeza ante el Barça en el Camp Nou, en el decisivo último partido de Liga. Se aprovechó, además, de un error de Casillas en el balón aéreo. El mostoleño se mostró errático en un momento delicado para su equipo, que se vio obligado a ir a remolque.

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El encuentro no ofreció mucho fútbol para el ojo del espectador ávido de espectáculo. Fue un partido táctico, controlado por las defensas. Sobre todo, la del Atlético de Madrid. Los rojiblancos plantearon un sistema de presión que supo anular en casi todo momento el juego de los de Ancelotti. Además, los goles en el tiempo reglamentario de juego llegaron a balón parado y por obra de dos defensas: Godín y Ramos.

En los 90 minutos reglamentarios de partido, los mejores fueron casi todos jugadores rojiblancos. Gabi y Tiago eran dos tapones en el centro del campo, impidiendo que Modric y Di María se pudieran complementar con comodidad. El argentino del Madrid fue de los más incisivos, pero los pocos balones que llegaban a las inmediaciones del área se encontraban con el buen hacer de Miranda y Godín.

Al contrario que le ocurrió en partidos como el de Valladolid, Ancelotti supo reaccionar a tiempo con las sustituciones. Cuando vio la necesidad de irse al ataque dio entrada a Marcelo e Isco y el equipo cambió la cara. En cambio, Simeone hizo las sustituciones pensando en contener el resultado y, además, tuvo el hándicap de la temprana lesión de Costa.

RAMOS, DEL LLANTO AL ÉXTASIS

El defensa del Madrid terminó el partido de vuelta de semifinales contra el Dortmund en 2013 llorando de impotencia, a un gol de la remontada. Un año después, con el tiempo cumplido, demostró la fe que encarna el lema "hasta el final, vamos Real" y forzó una prórroga vital e histórica. Llegó en 2005 como el primer fichaje español de Florentino Pérez, siendo una promesa, y ya se ha consagrado definitivamente con el trofeo que le faltaba.

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El tiempo añadido dio el premio al equipo que mejor supo administrar sus fuerzas. El Atlético lo basó todo a los noventa minutos reglamentarios. Consciente de sus propias reservas, Simeone dispuso un partido tácticamente notable, pero todo se empezó a torcer cuando la lesión de Costa le condicionó los cambios. En la prórroga los jugadores rojiblancos se rompieron físicamente y no pudieron contener el avance madridista.

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El argentino Ángel di María fue declarado por la UEFA mejor jugador del partido, 'MVP'. Derrochó esfuerzo y suya fue la carrera que en la segunda parte de la prórroga abrió el camino del segundo gol. Se fue de todo colchonero que le salió al paso y su disparo lo tocó Courtois para convertirlo en centro a la cabeza de Bale, que volvió a ser decisivo como en la final de Copa ante el Barça.

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El lateral brasileño encontró el premio a su buen papel como revulsivo del equipo con un gol al contraataque, cuando el Atlético ya estaba anímicamente y físicamente fulminado. Cristiano Ronaldo, que cuajó una discreta actuación en el encuentro, puso la 'guinda' con un gol de penalti. A pesar de su actuación, cierra la temporada europea con un sobresaliente 'pichichi' de 17 goles.

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La primera temporada de Carlo Ancelotti (Reggiolo, 10 de junio de 1959) en el banquillo del Real Madrid ha salido a pedir de boca. Llegó como sustituto del portugués José Mourinho y pronto dejó claro que su estilo era diferente. No tanto en lo deportivo, con un sistema de presión y contragolpe, como en lo extradeportivo. 'Carletto' nunca perdió el tipo en las ruedas de prensa, más allá de su peculiar arqueo de ceja. Según se ha publicado, no escatima regañinas en el vestuario, pero en público siempre ofrece cordialidad y confianza en sus jugadores.

 

Esa confianza ha sido premiada con la Décima. Ancelotti, que como jugador militó en el Milan de Arrigo Sacchi, fue 'verdugo' del Real Madrid en la década de los ochenta, cuando el equipo blanco buscaba la Séptima. Como técnico devolvió a los 'rossoneri' a la cumbre, pero tenía entre 'ceja y ceja' -nunca mejor dicho- conseguir el mayor reto de su carrera deportiva llevando a lo más alto al "Rey de Europa". Sin hacer alardes, ha entrado en la leyenda del madridismo.

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