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Las claves del Sevilla - CSKA

 Por David Ramos
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Una clara ocasión de Luis Fabiano en el primer minuto hacía intuir que los andaluces salían a matar la eliminatoria, pero nada más lejos de la realidad. No fue más que una jugada aislada que terminó despejando Akinfeev. El Sevilla salió demasiado desenchufado, relajado, como si todo estuviese hecho con el resultado de la ida. Coqueteó con el resultado, dejó asentarse sobre el terreno de juego al CSKA y terminó pagándolo. Cuando quiso recuperar la iniciativa ya era demasiado tarde. A Semberas y Aldonin les bastaba con tapar la salida de Adriano para descomponer a un equipo que en ningún momento llevó sensación de peligro. Los rusos fueron mejores porque se trabajaron muy bien el partido, defiendo ordenados y atacando de memoria.
Los delanteros del CSKA de Moscú dieron una auténtica lección de cómo debe jugar de espaldas un delantero. Bajar, recepcionar y descargar de primeras, sacando a los centrales de su sitio y dando tiempo a Krasic y Mark González a incorporarse al ataque. Eficaces sin complicarse la vida, Honda y Necid jugaron de manual.
Fue la figura del encuentro. No sólo jugó bien de espaldas a la portería, sino que dejó detalles de crack, como ocurrió en el primer gol. Control orientado y definición de lujo. Lo hizo tan bien que parecía fácil. Se fabricó la jugada perfecta en dos toques. Pero el repertorio no acabó ahí. Supo guiar las contras en el segundo tiempo y aguantar la pelota cuando tocaba.
El partidazo de Zokora no sirvió para nada. El africano realizó un despliegue físico inconmensurable sacando las castañas del fuego una y otra vez a sus laterales. Bajó, robó e hizo kilómetros con sentido, pero crear ya era demasiado. Esa no es su labor. El CSKA bloqueó a Renato y le dejó a él la salida del balón. Por eso el Sevilla no tuvo posesión, perdiendo siempre la pelota a las primeras de cambio. Capel, Navas y Perotti no se dieron cuenta de que debían venirse más al centro para ayudarle y el equipo se mostró inoperante. No dominaron nunca y los rusos tuvieron un partido demasiado cómodo, sin sufrir ni una sola vez en 90 minutos.
Apenas tres minutos después del gol del CSKA, el argentino Perotti se aprovechó de un balón servido por el internacional Jesús Navas, que sorprendió en velocidad al joven Schennikov corriendo una prolongación de Luis Fabiano, para batir al meta Akinfeed con la puntera derecha. Gol psicológico, delirio y alivio. Una reacción a tiempo, casi a pedir de boca, que al final no sirvió para nada.
De las botas de Navas salió el poco peligro que creó el Sevilla, que empezó en la primera ocasión de Luis Fabiano y terminó en el gol del empate de Perotti. Dos entregas en bandeja, 50% de éxito. Salvo un balón al que no llegó Perotti tras lanzarse en plancha a puerta vacía, el Sevilla no hizo más. En el segundo tiempo, sólo Navas siguió intentándolo, pero con más voluntad que cabeza. Recibió patadas y entró al trapo con inocencia. Se desquició y cayó en la precipitación.
            Y muy mala suerte. Todo lo malo que podia pasar, pasó. Se dieron todas las circunstancias. El gol del japonés Honda fue un golpe mortal por el momento en el que llegó, en frío, nada más salir de vestuarios y después de que el Sevilla ya hubiese reaccionado una vez. Una falta lejana, un disparo desde 40 metros y un fallo del que nunca falla. Palop no supo despejar y sufrió en sus carnes lo que hace una semana le pasó a Higuaín. Se convirtió en protagonista de la eliminación sevillista por un error aislado.
El japonés Honda marcó con esta falta el 1-2 ante el Sevilla con la colaboración de Palop, que se traga el balón. El delantero, recién fichado por el conjunto ruso, completó un muy buen partido, haciendo gala de su gran movilidad y tirando a puerta siempre que tuvo ocasión. En el primer tiempo ya avisó a los de Jiménez con una doble ocasión que estuvo cerca de materializar
Tras el segundo gol, el Sevilla tenía más de 35 minutos para intentar marcar dos goles, pero su capacidad de reacción fue nula. En todo ese tiempo no logró crear una sola ocasión clara de peligro. El equipo jugó sin fe y empezó a colgar balones demasiado rápido. No tuvo calma ni pausa para elaborar el juego por abajo y perdió los papeles. Cuando todo el poder ofensivo de un equipo se basa en las faltas a la olla de 'Drago' lo normal es que las cosas salgan mal. 'Manolo' Jiménez construyó la casa por el tejado. Llenó la frontal rusa de delanteros con Negredo, Kanouté y Luis Fabiano, pero no había nadie para surtirles de balones.
Los rusos fueron inteligentes hasta haciendo las faltas. Siempre arriesgaba el que estaba 'limpio', pero en ocasiones se emplearon con excesiva dureza. El húngaro Viktor Kassai sacó amarilla a Aleksei Berezutski, Semberas, Schennikov y Mark González, pero estos dos últimos pudieron ver perfectamente la roja. No es excusa para la derrota, pero al menos uno de sus dos 'entradones' a Jesús  Navas, sobre todo el del lateral izquierdo, fue merecedor de un castigo mayor. 
'En mi culo se dan muchas patadas que se quieren dar a otros'. Ese fue el titular que dejó Jiménez en rueda de prensa tras la eliminación. Son las palabras de un técnico que se ve más fuera que dentro. La grada le pitó y Del Nido le echó de todo menos un capote con sus declaraciones al término del encuentro. 'Pretendió' ratificarle en el banquillo diciendo que no hay debate sobre su continuidad... hasta final de temporada. ¿Y después? A buen entendedor... 
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