Por David Ramos
Si España tiene su día es prácticamente imposible que Suiza pueda plantarle cara (en vivo a las 16.00). Razones para el optimismo no faltan. Tras ganar la Eurocopa, sus diez victorias de diez posibles en la fase de clasificación, con 28 goles a favor y cinco en contra, hablan por sí solos. Sea cual sea el resultado final, no está reñido con la humildad reconocer que en esta ocasión gran parte de las estrellas del mundial juegan en España. Desde Casillas, reconocido como el mejor portero del mundo, hasta Xavi, mvp de la última Eurocopa y centrocampista más valioso de la Champions 2008-2009, pasando por jugadores como Piqué, Iniesta, Torres o Villa, España cuenta con una generación irrepetible que nada tiene que envidiar a equipos como la Francia de 1998 y 2000 comandada por los Zidane, Djorcaeff, Deschamps y Blanc, la Alemania de Matthaus, Klinsmann, Völler y Brehme que pudo con Maradona en Italia '90 o la exquisita Holanda de Van Vasten, Gullit y Rijkaard campeona de Europa en 1988. Es muy difícil encontrar un equipo que aúne tanto talento en cada línea como hoy tiene el español, y la mejor prueba de ello es el gol de Silva en el amistoso ante Polonia.
Serán tan determinantes como el talento español. Los suizos tienen orden, pero no fortaleza anímica. A pesar de su reacción en la fase de grupos, ganando a Grecia los dos partidos y logrando la primera plaza, no se puede calificar de fiable a un equipo capaz de perder en casa en un partido oficial ante Luxemburgo o un amistoso con Costa Rica.
Los suizos son buenos cuando las cosas salen según el guión, pero se desmoronan a poco que la cosa se ponga fea. A Suiza le duelen demasiado los golpes. No los digiere y no se levanta, y ahí es donde suele evidenciar su verdadero nivel. Ante Uruguay, en marzo, comenzaron ganando y acabaron goleados por méritos propios. Es cierto que ese día no estaba Senderos, pero sí Grichting, que será titular en la zaga y dio un 'recital' junto a Von Bergen perdiendo la referencia de los atacantes, dejando auténticas autopistas a sus espaldas y concediendo regalo tras regalo.
Si algo le incomoda a Suiza son las sorpresas. Su juego suplica que los interiores o extremos rivales le ataquen por su banda, que los medios, como mucho, esperen en la frontal y que los delanteros sean los que intenten el remate. Por eso puede contener un fútbol previsible como el de Italia o Grecia. Ahora, todo lo que se salga de ahí es sufrir. Y pedirle ese inmovilismo a España es mucho pedir. Iniesta cambiando de banda con Silva, Villa bajando a la media punta, Xavi incorporándose como un delantero más... En esos constantes intercambios y sobre todo en las incorporaciones desde segunda línea puede estar el partido. De hecho, las subidas desde la línea de medios y la capacidad goleadora éstos son los que marcan la diferencia entre una buena y una gran selección.
Suiza no tiene físico para presionar la salida del balón más allá de los primeros minutos. Lo normal es que Hitzfeld decida esperar en el centro del campo obligando a Xavi a bajar a buscar la pelota. España dominará mientras los suizos esperan para salir rápidos a la contra, que es su especialidad ofensiva. De ahí que el papel de Busquets, y no el de los teóricos 'jugones', sea el determinante. Si el gol no llega, Xabi tenderá a adelantar su posición y Sergio se quedará solo. Los Iniesta y compañía van a tener la pelota, su rol es previsible, pero Sergio no sabe lo que se va encontrar. Al contrario que Honduras o Chile, Suiza sí tiene jugadores lo suficientemente verticales como para hacer mucho daño con una sola pérdida de balón. El más peligroso es Behrami, que no estará, pero Inler, que viene de hacerle un golazo a Italia, o Barnetta pueden dar algún que otro disgusto.
El equipo Suizo no presiona bien, pero deja muy pocos espacios cuando el marcador está equilibrado. Tienen escuela alemana y ya han avisado: salen a empatar. En el último Mundial se marcharon en octavos sin encajar un gol.
España debe demostrar que aprendió algo de la derrota de la Copa Confederaciones ante Estados Unidos, huyendo de los traicioneros favoritismos y no confundiendo la genialidad con la osadía. Sin tensión, Derdiyok y N'Kufo pueden ser los Altidore y Dempsey de turno. Hitzfeld, de momento, ya ha buscado ese exceso de confianza colocando a España casi en el trono mundial.
El centrocampista del F.C. Barcelona, duda hasta el último momento, estará presente en el once titular de España ante Suiza. El seleccionador, Vicente del Bosque, que se ha reunido con el jugador y el cuerpo médico antes de decidir la alineación, ha decidido contar con el manchego una vez superado el edema muscular que padecía. Es el jugador más desequilibrante de 'La Roja' y ya lo demostró en la media hora que jugó ante Polonia. Transiciones en diagonal, balón pegadito al pie, movilidad, pases al hueco... un sinfin de opciones que la selección sabrá aprovechar con Iniesta sobre el césped. Además de Iniesta, los jugadores que debutarán con España en este Mundial son Iker Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila, Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Silva y Villa.
Suiza es el más perjudicado en este apartado. Frei, su capitán y referente arriba, y Berahmi, su jugador más vertical, no estarán ante los de del Bosque. La primera es más un golpe anímico que futbolístico. El hombre que heredó el '9' de Stéphane Chapuisat hace ya unos años es el máximo goleador histórico de Suiza con 40 goles, pero está lejos de su mejor versión, a pesar de sus cinco tantos (igual que el 'viejo' N'Kufo) en la fase de clasificación. La segunda baja es más preocupante para Hitzfeld. Por el interior del West Ham pasa gran parte del juego ofensivo de los suizos, que obligatoriamente recaerá casi en exclusividad en Barnetta, un talento que tiene una nueva oportunidad para dejar de ser la eterna promesa del fútbol suizo.
Los partidos de preparación le han enseñado a Del Bosque que tiene múltiples soluciones entre los teóricos reservas. Si las cosas van mal, como ante Arabia, España tiene el recurso aéreo de Llorente. Si la banda no corre, está el revulsivo de Navas (que será titular en más de una ocasión). Si Xavi está asfixiado sale Cesc, si Villa no atina está Torres... Quizá otra de las claves del potencial de España resida en que en realidad no tiene suplentes, o mejor aún, que nadie, ni siquiera Valdés, se siente suplente. Por parte Suiza, poco, muy poco. Sólo el veterano Hakan Yakin puede desequilibrar por su gran golpeo. La diferencia entre ambos banquillos es abismal.
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