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Filipinas un año después del tifón Haiyan

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  • Kyra Marie, de 3 años, se toma un baño en un campo de desplazados en Leyte (Filipinas)

    Kyra Marie, de 3 años, se toma un baño en un campo de desplazados en Leyte (Filipinas)

    DEN25 SAN JOSE (FILIPINAS) 07/11/2014.- La joven Kyra Marie, de 3 años, se toma un baño en un campo de desplazados en San José en la provincia de Leyte (Filipinas) hoy, viernes 7 de noviembre de 2014. Desde el desastre natural, sólo 400 de las 14.500 casas que tendrán que construirse para alojar a los damnificados de forma permanente han sido entregadas, una escasa cifra que el alcalde de la ciudad, Alfred Romuáldez, achaca a la lentitud inicial del proyecto causada por la burocracia. Por ello, miles de filipinos se han visto forzados a vivir desde marzo en los minúsculos habitáculos familiares de unos 15 metros cuadrados que configuran las viviendas temporales, construidas con materiales ligeros que intensifican las altas temperaturas del clima tropical y proporcionan muy poca privacidad. EFE/Dennis M. Sabangan
  • Cementario de las víctimas de Haiyan en Tacloban

    Cementario de las víctimas de Haiyan en Tacloban

    Cementario de las víctimas de Haiyan en Tacloban
  • Joshua Castor, de 11 años, buscando comida y materiales en 2013

    Joshua Castor, de 11 años, buscando comida y materiales en 2013

    TA01 TACLOBAN (FILIPINAS) 07/11/2014.- Combo de fotografías que muestra (arriba) al superviviente Joshua Castor, de 11 años, buscando comida y materiales reutilizables tras la devastación del tifón Haiyan el 10 de noviembre de 2013; y a Joshua, un año más tarde tras haber perdido a 23 familiares incluidas su madre y su hermana, en Tacloban (Filipinas) el pasado 4 de noviembre de 2014. Un año después del tifón Haiyan, cerca de 8.000 personas han muerto o continúan desaparecidos y miles de supervivientes todavía sufren estrés emocional a pesar de estar ocupados reconstruyendo todo de nuevo. Desde el desastre natural, sólo 400 de las 14.500 casas que tendrán que construirse para alojar a los damnificados de forma permanente han sido entregadas, una escasa cifra que el alcalde de la ciudad, Alfred Romuáldez, achaca a la lentitud inicial del proyecto causada por la burocracia. EFE/Dennis M. Sabangan

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