Otra de las claves de este mundial ha sido la combinación que Carlos Viver ha sabido llevar a cabo entre antiguas glorias y nuevas jugadoras.
Desde que llegó al cargo de seleccionador, en febrero de 2017, el técnico de Granollers apostó por renovar a un equipo que parecía agotado. Dio la oportunidad a jugadoras como como Mireya González, Almudena Rodríguez o Alicia Fernández que se han convertido en fijas en sus convocatorias.
Tal es la renovación que para cinco de las Guerreras que llevó a Japón era su primera vez en una Mundial (Eli Cesáreo, Sole López, Silvia Arderius, Alicia Fernández y Mercedes Castellanos)
Pero Viver no solo se limitó a traer a jugadoras nuevas, también mantuvo una base de veteranía. Es el caso de Silvia Navarro o Nerea Pena que han sido ese vínculo de unión entre las Guerreras triunfadoras en la primera mitad de esta década y este nuevo equipo.
Además, recuperó para la ocasión a jugadoras como Marta López, ganadora del bronce en Londres 2012 y la plata del Europeo 2014, así como a Shandy Barbosa, que regresaba a una gran cita después de su maternidad.
En definitiva, ha sido capaz de crear un grupo potente, que aún tiene posibilidades de seguir creciendo y dar más alegrías a la afición.