Esta semana nos adentramos en El Pozo del Tío Raimundo. Un barrio madrileño o pueblo, como prefieren sus vecinos, emblemático de la lucha por la vivienda y unas condiciones de vida dignas que sigue luchando. Ahora su lucha es por una educación de calidad, unas instalaciones deportivas adecuadas y gratuitas para los jóvenes del Pozo, unas calles limpias o que la administración no deje en el olvido a quienes nunca dejaron de luchar. Lo llevan en la sangre, son de la Asociación de Vecinos del Pozo del Tío Raimundo.
Esperanza, por ejemplo, es una mujer bajita, menuda, con una melena gris que lleva recogida en una coleta y una voz fuerte acorde con su fuerza interior. Tiene una vida personal y familiar complicada pero saca tiempo para gestionar un comedor social y dar de comer a decenas de vecinos cada día junto a las otras voluntarias.
Triffon tiene 99 años y construyó su chabola con sus manos en El Pozo, Miguel y Sergio movilizaron al vecindario para presionar a la administración en su día, Gabriel es ahora quien continúa gestionando todas las comisiones que en los años 70 crearon en la asociación para hacer presión en las diferentes áreas y lucha acompañado de todos los vecinos implicados. Son muchos y tienen las ideas muy claras porque en el Pozo todo lo que tienen es precisamente gracias a sus vecinos y a la lucha constante.