Esta semana queremos escuchar a los niños y niñas que han sufrido la separación o el divorcio de sus padres porque nadie les preguntó y si lo hicieron, fue puro trámite. No se les tuvo en cuenta a la hora de decidir con quién iban a vivir ya que no podían continuar viviendo con los dos, el padre y la madre.
Algunos casos como el de Amor fue bastante dramático porque vivía pensando en cómo escapar de su casa con su hermano pequeño para ir a casa de su padre. En ocasiones lo hizo y los mossos de esquadra, la policía autonómica catalana, tuvo que ir a casa de su padre, llevarla a comisaría y asegurarse de que iba a casa con su madre. David también pasó un mal trago con el divorcio de sus padres porque, de pronto, se quedó huérfano de padre porque no quiso saber nada de su hijo durante años. Juan Carlos, sin embargo, recuerda cómo a pesar de su discapacidad tuvo que hacerse cargo de todos sus hermanos. Y Guillermo, el hijo de David, ahora tiene que convivir con el divorcio de su padre y se queja de que a él tampoco le escuchan.
Los jueces deciden sobre las vidas de éstos jóvenes pero pocas veces aciertan, por lo que nos cuentan los hijos e hijas de parejas divorcidas que, paradójicamente, también son padres divorciados y tienen miedo de que sus hijos sufran lo mismo que ellos.