Esta semana nos desplazamos hasta Riaño en el valle leonés, dónde hace más de 20 años, un embalse inundó a Riaño y a 8 pueblos más. Dejó a decenas de miles de familias sin casa, sin oficio ni beneficio y tuvieron que empezar de cero. Muchos ganaderos se quedaron sin sus bestias y se vieron obligados a vivir en un piso y cambiar por completo su forma de vida. Pero Riaño, el viejo Riaño, fue sinónimo de lucha y resistencia por mantener un valle, un pueblo. Pero al final las excavadoras no dejaron ladrillo en pie y las campanas de Riaño dejaron de sonar. Han pasado muchos años pero el pueblo no olvida y lucha por subsistir. Alfonso propone vaciar el pantando a calderos con su propuesta Riaño Vive, otros apuestan por sacarle partido al pantano y rentabilizarlo o bien por la instalación de una estación de esquí. Pero todos coinciden en que Riaño está agonizando. Hemos hablado con hombres y mujeres que vieron en directo cómo les derribaban las casas y en pocos minutos se quedaban sin nada. Son recuerdos que están muy presentes y duelen a sus vecinos.
En primera persona
Riaño sigue vivo y no olvida
05/12/2010
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