José Antonio Álvarez Díez, de 26 años, era natural de León, casado y con
hijo. Murió el 14 de marzo de 1986 en acto de servicio. Aquella noche, mientras
patrullaba con su compañero por el paseo Miraconcha de San Sebastián,
detectaron los movimientos sospechosos de tres etarras que estaban conectando
una bomba para detonarla cuando pasara un coche policial. Al darles el alto y
pedirles la documentación, Ángel María Galarraga Mendizábal disparó a los
policías hiriendo en el corazón a José Antonio, que murió en el acto. Su compañero
disparó a los terroristas e hirió de muerte a Galarraga. El otro terrorista
logró huir. Fue enterrado el día 16 de abril en Zaldibia (Gipuzkoa), donde se
hizo un homenaje en su nombre.
Ignacio Erro Zazu y Estanislao Echaburu Solabarrieta fueron condenados a
44 años y 8 meses de reclusión, además de indemnizar económicamente a los
herederos de José Antonio Álvarez, pena que evadieron al declararse
insolventes.