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Malasia e Indonesia acuerdan acoger de manera temporal a los refugiados rohinyá

  • Otro medio millar de personas llega a Indonesia en las últimas horas
  • Myanmar está dispuesto a ayudar a los migrantes
  • Los rescatados están siendo transportados a tierra en barcos más pequeños

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Indonesia rescata a otro medio millar de inmigrantes en el golfo de Bengala

Malasia e Indonesia se han ofrecido a acoger y asistir a los miles de migrantes que navegan a la deriva en el golfo de Bengala y el mar de Andamán a cambio de que la comunidad internacional ayude a repatriarlos en el plazo de un año.

El comunicado establece que "la comunidad internacional será responsable de proveer a Malasia, Indonesia y Tailandia con el apoyo necesario, particularmente la ayuda financiera, para dar asilo temporal y asistencia humanitaria a los migrantes irregulares que están en peligro".

"Lo que hemos expresado con claridad - ha explicado el ministro de Exteriores malasio, Anifah Aman - Es que vamos a aceptar solamente a aquellas personas que se encuentran en alta mar. Pero bajo ninguna circunstancia puede esperarse que acojamos a uno solo si llegan otros".

Tailandia, sin embargo, aún no ha confirmado que vaya a sumarse a la oferta de acogida. La prensa local asegura que el Gobierno quiere comprobar antes si la ley del país lo permite.

El acuerdo se ha anunciado durante la reunión que representantes de los tres países celebran en Kuala Lumpur para discutir el éxodo de miles de personas (8.000, según la Organización Internacional de las Migraciones), que han sido abandonadas en barcos sin agua ni víveres por los traficantes de personas. Los migrantes proceden de Bangladesh y de Myanmar (la antigua Birmania), y la mayoría de ellos pertenecen a la etnia rohinyá, perseguida en este último país.

Hasta ahora, la política de estos países consistía en devolver al mar los barcos que eran interceptados frente a sus costas. El martes, las agencias de la ONU urgieron a las autoridades de los tres estados a acoger a los migrantes.

Medio centenar de personas desembarca en Indonesia

En las últimas horas, el flujo de migrantes no ha cesado. Unas 350 personas han sido rescatadas en aguas del norte de la isla de Sumatra por pescadores locales, y alrededor de un centenar han desembarcado en la misma zona.

El primer grupo ha llegado a tierra en Langsa, también en Aceh, tras pasar unos cuatro meses en el mar.

Con estos, ya son unos 1.850 el número de refugiados que han desembarcado en Indonesia en los últimos diez días, pese a que la Armada ha empujado varias embarcaciones a alta mar y ha dado órdenes a los pescadores para que se abstengan de ayudar a los inmigrantes.

A Malasia han llegado otros 1.100, todos al turístico archipiélago de Langkawi, que se encuentra en la ruta naval entre el mar de Andamán y el estrecho de Malaca.

Pescadores ayudan a desembarcar a los ocupantes de un barco a la deriva frente a la costa de Aceh, Indonesia. Foto: Afp/Januar

Myanmar ofrece colaboración pero no habla de los rohinyá

Por su parte, el gobierno birmano ha realizado su primera referencia directa a la crisis al declarar su preocupación por los miles de personas atrapadasen el golfo de Bengala y ha asegurado que ha tomado medidas para combatir el tráfico de personas, en un comunicado publicado por la prensa estatal que no hace referencia a la situación de los rohinyá, colectivo al que el país no reconoce la ciudadanía.

"Myanmar coopera plenamente con los países de la región y está preparada para trabajar con la comunidad internacional, en términos humanitarios, para aliviar el sufrimiento de las víctimas del tráfico", dice la nota firmada por el ministerio de Exteriores que asegura que el país está preparado para "brindar asistencia humanitaria a aquellos que están sufriendo en el mar".

En el comunicado, el gobierno birmano asegura estar "tomando pasos para prevenir el tráfico humano", con patrullas en el litoral para evitar el traspaso ilegal de fronteras y permitir el paso de los que se encuentran en alta mar y anuncia medidas para "garantizar el imperio de la ley y la seguridad de todas las personas" en Rakáin, el estado en el oeste del país donde viven un millón de rohinyá, aunque sin especificar ninguna de ellas.

Según varias organizaciones dependientes de la ONU, 88.000 personas han hecho un peligroso viaje por mar desde 2014, incluidos 25.000 en el primer trimestre de este año, de los cuales cerca de 1.000 habrían muerto por las precarias condiciones del viaje, y otros 1.000 por el mal trato y las privaciones a manos de los traficantes.