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Las dificultades de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo lleva a varias ONG a retirarse

  • Sea Eye, Save the Children y Médicos Sin Fronteras han cesado sus operaciones este fin de semana
  • Las ONG denuncian los problemas de seguridad que impone Libia
  • La mayoría de inmigrantes que llegan al Mediterráneo proceden de este país
  • Acusan a la Unión Europea de "atrapar" a la gente en Libia

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La Marina italiana patrulla junto a los guardacostas libios
La Marina italiana patrulla junto a los guardacostas libios.

La ONG alemana Sea Eye ha anunciado este domingo el cese de sus operaciones de salvamento de inmigrantes en el Mediterráneo por las restricciones y el trato recibido de las autoridades de Libia, después de que Médicos Sin Fronteras se retirase este sábado.

Save The Children se ha sumado a la decisión después de anunciar que su buque quedará atracado en Malta "a la espera de comprender si se dan las condiciones de seguridad para retomar las operaciones", por la "situación preocupante" que se perfila en el país magrebí.

"Hemos decidido con pesar suspender temporalmente nuestras planeadas misiones de rescate en el Mediterráneo. Esto se debe al cambio en la situación de seguridad en el Mediterráneo occidental", ha señalado la ONG en su perfil oficial de Facebook.

Sea Eye denuncia "el explícito trato contra las ONG" por parte de las autoridades libias.

La decisión de las dos organizaciones se produce un día después de que Médicos Sin Fronteras (MSF), otra de la decena que operan en el mar, decidiera suspender sus rescates por las mismas razones.

A través de un mensaje en Twitter, la ONG anunciaba que "con las crecientes restricciones en el Mediterráneo y con la Unión Europea decidida a atrapar a la gente en Libia, hemos aparcado el Prudence (barco que emplean para los rescates)".

Acusan a los guardacostas libios de atacarles

Libia, inmersa en una encarnizada pugna por el poder desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011, es el país del que procede la mayoría de los inmigrantes que se aventuran a llegar a Italia a bordo de precarias embarcaciones fletadas por las mafias.

Lo que preocupa a estas organizaciones principalmente es la intención del Gobierno de Unidad de Trípoli, que controla una pequeña parte occidental en este fragmentado país, de establecer su propia zona de búsqueda y rescate de inmigrantes (SAR, en inglés).

Esto implicaría que Libia ampliaría sus competencias marítimas más allá de las 12 millas de aguas territoriales.

Aunque se desconocen los planes del país norteafricano y la distancia a la que extendería la zona SAR aunque se teme que aumente su control hasta las 70 millas desde la línea de costa, algo que ya ocurrió en tiempos del derrocado Muamar Gadafi.

En declaraciones recogidas por Efe, el jefe de misión de la española Proactiva Open Arms, Riccardo Gati sostiene que comprende las decisiones de estas ONG pero ha avanzado que van a seguir "hasta que nos obliguen a parar".

Gati afirma que los guardacostas libios no pueden expulsar a las ONG de la zona, aunque ha matizado que el problema es "la actitud contra" estas organizaciones, amenazadas en muchas ocasiones por los guardacostas libios.

Ha considerado que estos, entrenados y equipados por Italia y por la propia Unión Europea (UE), "son verdaderamente peligrosos porque son personas que en su país el hecho de disparar es muy normal".

"Lo que te puedes esperar es que disparen a los inmigrantes y a quienes les rescatan", ha señalado el trabajador de Proactiva, que fue amenazada por los tiros al aire de las patrullas libias.

Otras organizaciones activas pararán si detectan problemas de seguridad

Por su parte, la organización SOS Méditerranée ha asegurado que continuará con sus operaciones pero siempre "controlando desde cerca esta situación preocupante" para "garantizar la máxima seguridad a su tripulación".

En lo que va de año, hasta el pasado viernes, han llegado a puertos italianos 96.930 inmigrantes, prácticamente todos rescatados antes en alta mar, un 3,86 % menos que hace un año, de acuerdo a las cifras divulgadas por el Ministerio del Interior.

Para tratar de contener este flujo, a la baja la última semana, el Gobierno italiano ha llevado a cabo una serie de medidas, como acuerdos con el Gobierno de Trípoli o aprobar una misión naval para patrullar junto a los guardacostas libios.

Asimismo Italia ha propuesto un código de conducta a las ONG, secundado por la Unión Europea, aceptado por SOS Méditerranée, Save The Children, Proactiva Open Arms, Sea Eye y la maltesa MOAS y rechazado por MSF, Sea Watch y Jugend Rettet, esta última investigada por presuntos contactos con mafias.