Chile se debate entre la continuidad con Guillier y la vuelta de Piñera
- Los sondeos dan un empate técnico en la segunda vuelta de las presidenciales
- Piñera, que era el favorito al inicio de la campaña, ha visto encogerse su ventaja
- Guillier, mientras, ha logrado recabar el apoyo de buena parte de la izquierda
- La participación, muy baja en la primera vuelta, será clave en el resultado
Continuismo o alternancia perfecta: los chilenos eligen presidente este domingo en una disputada segunda vuelta que plantea como alternativa dar continuidad a las políticas de corte social impulsadas por Michelle Bachelet, apoyando al senador Alejandro Guillier, o devolver a La Moneda al empresario Sebastián Piñera, que promete acelerar el crecimiento económico y la creación de empleo.
La votación comenzó con la apertura de los colegios, a los que están convocados unos 14,3 millones de votantes. Estarán abiertos hasta las 18.00 horas locales (21.00 GMT).
El resultado de los comicios es incierto y se adivina estrecho, toda vez que Piñera, que aparecía como favorito destacado antes de la primera vuelta, ha visto como su ventaja se encogía, mientras que Guillier, que lidera la fracción mayoritaria de una izquierda que concurría dividida por primera vez desde la reinstauración de la democracia en 1990, ha conseguido recabar los apoyos de otros sectores progresistas.
Cualquier pronóstico, por lo tanto, es aventurado, más aún cuando las encuestas están prohibidas en Chile hasta 15 días antes de la jornada electoral, por lo que no hay ninguna que refleje los vaivenes en la opinión de los chilenos provocados por una campaña que empezó tensa y llena de reproches entre los candidatos para después apaciguarse poco a poco.
“Es una de las elecciones más inciertas desde la vuelta de la democracia“
"Todo apunta a un estrecho margen de victoria", explica a Reuters el profesor de la Universidad de Valaparaiso Guillermo Holzmann, señalando que se trata de "una disputa inusual, en la que ha sido difícil calibrar al electorado". Mauricio Morales, director del Centro de Análisis de la Universidad de Talca, abunda en declaraciones a AFP que "es una de las [elecciones] más inciertas desde la vuelta de la democracia".
Empate técnico
El último sondeo publicado por el instituto de opinión Cadem, del pasado 1 de diciembre, otorgaba a Piñera el 40 % de los votos, por el 38,6 % de Guillier, lo que equivale a un empate técnico que culmina la remontada del candidato izquierdista, que solo una semana antes aparecía más de dos puntos por detrás de su rival.
En la primera vuelta, celebrada el 19 de noviembre, Piñera se impuso con claridad, al conseguir el 36,63 % de los votos por el 22,66 % de Guillier, aunque el expresidente se quedó lejos del 44 % que le concedían las encuestas previas.
Ahora, la recuperación de Guillier refleja el apoyo explícito que ha recibido de otros aspirantes de la izquierda derrotados en primera vuelta: el progresista Marco Enríquez-Ominami, que tuvo un 5,7 % de los votos; el izquierdista Alejandro Navarro, con el 0,3 %; parte de la Democracia Cristiana, cuya candidata, Carolina Goic, obtuvo un 5,8 %; y, por encima de todos, la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, que obtuvo un significativo 20,2 % de los votos.
Piñera tiene, por su parte, el apoyo de la ultraderecha nostálgica de Augusto Pinochet, ya que su candidato, José Antonio Kast, le ofreció su respaldo inmediato la noche de la primera vuelta de las elecciones, en la que había conseguido un 7,2 % de los votos.
Guillier, el baluarte de las reformas sociales
En ese escenario, Guillier se postula como el garante de que las reformas sociales emprendidas por Michelle Bachelet, desde la despenalización del aborto hasta las becas para estudiantes universitarios con menos recursos, seguirán en pie.
Pero, sobre todo, el senador se ha presentado como el último baluarte para evitar que la derecha vuelva al poder, un mensaje en el que insistía este jueves, en el cierre de campaña, acompañado del expresidente uruguayo, José Mujica, y ante 20.000 personas en el Paseo Bulnes de Santiago.
"Me siento halagado, amigo Pepe. Tu presencia nos revitaliza y nos ayuda a la unidad del progresismo. Tu presencia ayuda a construir ese Chile unido y esa fuerza del cambio que nos ayude a derribar a una derecha conservadora que no tiene futuro para Chile", remarcaba en ese mitin.
Piñera, por su parte, cerró su campaña en el teatro Caupolicán, con capacidad para unas 5.000 personas, y recibió el apoyo, por videoconferencia, del presidente argentino, Mauricio Macri. En su discurso, apeló al consenso tras un inicio de campaña agrio: "Aprendimos que los chilenos desean cambios profundos basados en el diálogo y los acuerdos no en la confrontación".
La economía, la baza de Piñera
El empresario concluyó asegurando que él tenía mejor programa y mejores equipos que su rival: "Estamos mejor preparados para liderar a todos los chilenos y quiero pedir perdón por los errores que podemos haber cometido".
Su gran promesa es revitalizar el crecimiento económico del país, que es sólido pero se ha ralentizado en los últimos años, hasta el 1,6 % registrado en 2016. Para este año, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo dependiente de la ONU, estimaba esta misma semana que Chile crecerá un 1,5 %, sobre todo por la debilidad de la demanda interna.
Para devolver la pujanza a la economía, Piñera ha propuesto medidas como rebajas de impuestos para las empresas y la contención del gasto público, aunque la campaña le ha obligado a matizar un tanto su mensaje y, en su último mitin, garantizó "un nuevo y mejor trato para la clase media, los mayores y los niños".
De hecho, ambos aspirantes coinciden en que es necesario reformar el sistema de pensiones chileno, que ahora es privado y se ha convertido en una de las principales reclamaciones de los chilenos por su alto coste, aunque difieren en el calado de esa reforma y en las medidas concretas.
La participación, decisiva
En última instancia, la clave de los comicios puede estar en la participación: aunque en el sondeo de Cadem un 71 % de los encuestados aseguraba tener "totalmente decidido" que iría a votar en la segunda vuelta, apenas un 46,7 % del censo depositó su voto en la primera.
La encuesta del instituto de opinión refleja, además, que un 21,4 % de los más de 13 millones de chilenos llamados a las urnas aún no tenía decidido su voto, lo que coloca en el alero a cerca de tres millones de electores. Y el analista de la Universidad de Santiago René Jara señala a AFP que la presidencia puede estar en un margen de apenas 100.000 votos: “La elección va a ser muy disputada”, insiste.
“Cuanto mayor sea la participación, más posibilidades de ganar tendrá Guillier“
"Va a depender de la cantidad de personas que vayan a votar", remarca Rodrigo Osorio, politólogo en la misma universidad. "Cuanto mayor sea la participación, más posibilidades de ganar tendrá Guillier", asegura, puesto que los candidatos de izquierda acapararon un 55 % de los votos en la primera vuelta.
Otro especialista, el profesor de la Universidad de Chile Robert Funk, también resume el dilema electoral chileno en clave de participación, o más bien de abstención: "Depende de cuánta gente se quede en casa y, en concreto, de cuánta gente del bando de Guillier se queda en casa".