Con Messi, la vida y la Champions saben mejor

Personalidad del Chelsea sin el acompañamiento del gol

Los pupilos de Conte contestaron al Barça con personalidad y el ambiente del Camp Nou no les amedrentó. Comenzaron a llegar a la portería de Ter Stegen pero no de cualquier manera, se hicieron dueños del balón en el coliseo culé. Espoleados por un William rapidísimo pusieron contra las cuerdas a los locales y eso es algo que no tolera Messi.

Cuando el electrónico indicaba el minuto 20, despertó de su letargo para robarle el esférico a su amigo Cesc Fábregas, regatear dos defensores y ceder a la derecha para que llegara Dembele solo y fusilara a las mallas. Gol, bálsamo de tranquilidad para el francés y paso de gigante hacia los cuartos de final.

Demasiados errores los cometidos por Christensen en la ida, por Courtois en el primero y por Cesc en el segundo. Si se quiere eliminar a todo un Barça es imprescindible no fallar nunca y acertar en las ocasiones de gol. Las dos más claras de los visitantes tuvieron como protagonista a Marcos Alonso, en una se estrelló en el palo su lanzamiento de falta (min. 45) y en la otra se fue al suelo cuando encaraba a Ter Stegen (min 49) ante las protestas de los jugadores y técnicos, que pedían penalti.

El Barça, y sobre todo Messi, no falla cuando se le presenta la oportunidad de marcar. En el minuto 63 sentenció el partido al recibir de Luis Suárez en la frontal, irse de toda la línea defensiva con una conducción vertiginosa y batir de nuevo a Courtois con un caño. ¡Su gol 100 en la Champions!

De ahí al final el público tuvo tiempo de vitorear a Iniesta cuando le puso a Messi el brazalete antes de ser sustituido y de dar cariño en forma de ovaciones a André Gomes y a Dembelé. Incluso para aplaudir a Pedro Rodríguez por los servicios prestados a la causa culé antes de llegar al Chelsea. Cuando Messi se lo propone no hay nada ni nadie que pueda pararle, de ahí que la vida con Messi sepa mejor.