Cómo correr correctamente

Los beneficios

Una de las consecuencias más positivas de correr es el fortalecimiento de nuestro corazón y el aumento de la circulación sanguínea. Esto supondrá que los nutrientes se distribuyan por el cuerpo con mayor efectividad y conseguiremos no solo fortalecer las articulaciones y los músculos, sino mejorar su recuperación. También, progresivamente, crecerá nuestra densidad ósea y conseguiremos unos huesos más fuertes. Incluso incrementaremos la irrigación del cerebro logrando así retrasar su envejecimiento, además de otros beneficios como mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el estrés.

De igual manera, correr nos ayudará a mantener la línea y bajar esos kilos de más. No confundas el sudor, que son líquidos y en cualquier caso se repondrán rápidamente cuando nos hidratemos, con la pérdida de peso. Y ten presente que no se trata solo de bajar y bajar kilos, sino de marcarnos como objetivo el perder grasa y mantener un peso saludable.

Cómo correr correctamente

Tienes que tener varias cosas en cuenta. Primero, “escucha” a tu corazón, sé consciente de tus límites y no fuerces en exceso. Márcate un máximo de frecuencia cardíaca, sobre todo si tienes sobrepeso o si llevas mucho tiempo sin hacer deporte. Hay una cifra apropiada para cada edad y es muy fácil de calcular: solo tienes que restar a 220 tu edad y obtendrás así la frecuencia cardíaca máxima recomendable. Por ejemplo, si tienes 45 años tu frecuencia máxima no debe sobrepasar (220 – 45 =) 175 latidos por minuto.

Y otros consejos para aprender a correr adecuadamente. Recuerda calentar siempre antes de correr. Puedes alternar por ejemplo caminar sobre los talones y de puntillas durante unos tres minutos. Y empieza a correr suave, aumenta la intensidad y la duración progresivamente hasta conseguir al menos 20 minutos de carrera continuada.

También es muy importante que no pares de golpe, camina despacio y pisa adecuadamente para asistir el trabajo del corazón y no disparar nuestro ritmo cardíaco. Y por último, pero no menos importante, no te olvides de estirar los músculos que han intervenido en la carrera, como los cuádriceps, los gemelos o los isquiotibiales.