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Los lunares sospechosos

  • Proteger la piel del sol es fundamental para nuestra salud
  • Vigilar nuestros lunares es clave para un diagnóstico temprano de un posible melanoma
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Lunares sospechosos

Todos hemos oído lo importante que es proteger nuestra piel del sol. No solo por estética, ya que es uno de los factores principales de que aparezcan manchas o arrugas, sino porque es fundamental para nuestra salud. Pero no siempre le damos la importancia que tiene ni sabemos cómo debemos vigilar nuestra piel, para asegurarnos de identificar lo antes posible los lunares que puedan ser “sospechosos”.

Intenta contar los lunares que tienes

Aunque puede ser un poco difícil si tienes muchos, contar los lunares que tenemos y tenerlos localizados nos puede servir para descubrir si aparecen algunos nuevos. En algunas zonas del cuerpo puede ser complicado pero si nos ayudamos de varios espejos, o si le pedimos a alguien que nos ayude, es una buena forma de examinarnos correctamente.

Además, llevar a cabo ese examen en estas fechas, antes de que llegue el verano, es muy recomendable ya que en los meses de más exposición solar estos son más oscuros y fáciles de identificar. Llegado este punto tenemos que hacer un inciso y hablaros de la campaña Euromelanoma, que funciona a nivel europeo, y en la que puedes revisarte de manera gratuita los lunares con un dermatólogo.

Cómo saber si un lunar es bueno o malo

Aquí debemos seguir la “regla del patito feo”, es decir que de todos los lunares que tenemos en el cuerpo, hay uno de ellos que es diferente y que puede ser malo. Aquellos que son más grandes, más oscuros o que han cambiado es mejor que te los revise un dermatólogo. Pero hay una regla aún más específica que podemos aplicar en casa, la del ABCDE, que nos presenta casos en los que también es conveniente que nos pongamos en manos de un especialista.

A de asimetría, es decir, si el lunar presenta asimetría y tiene una mitad diferente a la otra. B de bordes irregulares. C de distintos colores, por ejemplo marrón, rosado, marrón más claro o incluso blanco. D de diámetro, es conveniente vigilar los lunares mayores a los seis milímetros. Y por último la E, de evolución, ya que aunque algunos lunares pueden ser inofensivos en un principio pueden cambiar, comenzar a picar o crecer rápidamente. Si cumples algunos de estos casos acude a un dermatólogo.