Todo lo que debes saber sobre la pasta

La materia prima

La gran mayoría de la pasta que consumimos está elaborada con harinas refinadas y eso hace que por lo general no sea una opción precisamente saludable. O al menos, lo ideal sería no abusar mucho de su consumo. Cómo ya os explicamos en este artículo este tipo de harinas tienen muchas menos propiedades que las integrales y además hacen que aumenten muy rápidamente los niveles de glucosa en sangre. Por eso, siempre que puedas, intenta priorizar y comer pasta elaborada con harina integral, te aportará beneficios como estos.

La guarnición perfecta para la pasta

El principal aporte de la pasta son los hidratos de carbono y por eso lo ideal es completar nuestra ingesta con alimentos que nos aporten el resto de macronutrientes: grasas saludables y proteína. Huevo, pescado, carne magra, por supuesto aceite de oliva y siempre verdura. No solo tienen un aporte calórico menor que otros alimentos, sino que al contener, por lo general, grandes cantidades de fibra, harán que nos saciemos antes y regularán los picos de glucosa en sangre.

Y si te preocupa el postre después de comer pasta, insistimos: la mejor manera de acabar una comida, si es que te hace falta, es con fruta. No tiene mucho sentido, nutricionalmente hablando, que acompañes tu ración de pasta con trozos de fruta, pero al acabar de comer no te sientas culpable por comerte una manza, una rodaja de sandía… La fruta siempre es la opción saludable.

A qué hora es mejor comerla

Otro mito muy repetido sobre la pasta es que no debemos comerla por la noche porque nos hace engordar. Y esto no es completamente cierto. El hecho de nos engorde o no, no tiene tanto que ver con la hora del día en que la consumamos sino con la actividad física que hagamos y la demanda calórica de nuestro cuerpo. Si eres una persona muy sedentaria, da igual que tomes pasta para comer o para cenar, mejor si no lo haces demasiado a menudo.