¿Puedes saber si alguien es malvado con solo mirarle?
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Pregúntate cuántas veces has dicho eso de 'tiene cara de malo´ o escuchado 'parecía un buen chico´ de aquellos que han cometido un delito. Las apariencias engañan, y ser malo o no, no es cuestión de fealdad, forma de vestir o peinados, pero a lo largo de nuestra vida nos hemos acostumbrado a asociar determinadas formas básicas con conceptos como la bondad o la maldad.
Efecto Bouba y Kiki
El experimento realizado por el psicólogo Wolfang Köhler en 1929 nos da pistas sobre estas conexiones que realiza el cerebro humano con las formas. Presentó dos imágenes: una angulosa y otra más redondeada. De ellas, ¿cuál dirías que es Bouba y cuál Kiki? La mayoría de las personas asocian Bouba a la redondeada y Kiki a la forma puntiaguda. “No existe ninguna razón lógica para este resultado más allá de las formas de las letras y las palabras que nos recuerdan”, tal y como explica el médico y divulgador Ignacio Crespo en Curiosity.
Los malos en el cine
Estas asociaciones son las que llevan en el mundo del cine a seleccionar a héroes y villanos según su fisonomía. En las películas de animación esto se lleva a los extremos. Las formas angulosas definen a los villanos, descubrimos quién es el malo, aunque todavía no hayan perpetrado sus fechorías en la historia. Sin embargo, los buenos y amigables tienen formas mucho más redondeadas. Se puede ir más allá y asociar a los personajes fuertes y valerosos con formas cuadradas.
Las formas manipulan nuestras emociones como espectadores, creando asociaciones entre los sentidos y la percepción, algo con lo que el séptimo arte sabe jugar muy bien.
Criminales por la cara
Podríamos decir que en el mundo del cine se lleva a “rajatabla” eso de que la cara es el espejo del alma, pero ¿podríamos aplicarlo a la vida real? ¿Podríamos descubrir si alguien es un criminal por sus facciones? Al parecer, en determinados ámbitos judiciales, muchas sentencias se han basado, en gran medida, en los rasgos faciales del acusado.
Lo más probable es que una persona con facciones que se asocian a alguien en quien no se puede confiar, será considerada culpable; mientras que alguien con rasgos que sugieren honradez, tendrá más posibilidades de ser juzgado como inocente. Claramente, esta es una tendencia que hay que corregir y educar a la gente para que no base sus decisiones en estereotipos.
Candidatos de la forma
Como hemos visto, la percepción de la gente sobre un individuo se basa en algo arbitrario que nos puede llevar a tomar decisiones importantes en el mundo empresarial o político. Personas con determinados rasgos parecen tener más posibilidades de éxito empresarial, de ser contratadas o de ganar unas elecciones. Toma nota y, la próxima vez que vayas a las urnas, piensa en la superficialidad de la forma.
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