Enlaces accesibilidad

Japón aprueba un plan de estímulo de 170.000 millones de euros para relanzar la economía

  • El primer ministro pide su contribución a empresas y ciudadanos en el extranjero
  • Se pretende acelerar la reconstrucción de la zona destruída por el tsunami
  • Implicará aumentar el endeudamiento del país, el más alto de los países desarrollados

Por

Para revitalizar la estancada economía de Japón, el Gobierno del nuevo primer ministro nipón, Shinzo Abe -líder del conservador Partido Liberal Democrático (PLD), que ganó las elecciones del pasado 16 de diciembre- ha aprobado un plan de estímulo de 20 billones de yenes (unos 170.000 millones de euros).

Este plan se financiará, en parte, con un presupuesto extraordinario de unos 13 billones de yenes (unos 111.000 millones de euros), que se espera sea aprobado en el Parlamento a principios de febrero.

Este contundente paquete de estímulo incluye una inversión del Gobierno  central por valor de 10,3 billones de yenes (unos 87.200 millones de  euros), la mayor partida de gasto público desde 2009, cuando Japón  trataba de sobreponerse al impacto de la crisis desatada por la caída de  Lehman Brothers.

El programa busca impulsar las inversiones de empresas privadas para potenciar la recuperación y acelerar la reconstrucción de la zona destruída por el tsunami de marzo de 2011. Se calcula que así se conseguirá un crecimiento del 2% del producto interior bruto (PIB) y se generarán unos 600.000 empleos, según las estimaciones del Gobierno japonés.

Más de 32.000 millones de euros para obras públicas

Los proyectos de obras públicas son uno de los grandes pilares del plan  de estímulo, que destina a este apartado unos 3,8 billones de yenes  (más de 32.000 millones de euros). La fórmula de invertir en nuevas infraestructuras ya la utilizó en el  pasado el Partido Liberal Demócrata (que llevó las riendas de Japón durante más de medio siglo,  hasta 2009), lo que a corto plazo sirvió para bombear la economía, pero  se tradujo en aeropuertos inservibles y modernas autopistas en áreas  remotas apenas transitadas.

Para obtener el dinero necesario, el Ejecutivo nipón planea emitir nueva deuda a través de los bonos para la reconstrucción, por los que se espera conseguir unos cinco billones de yenes (unos 42.000 millones de euros). Estas emisiones harán aumentar la enorme deuda acumulada por el país -la más alta de los países desarrollados- y que, a finales de 2010, equivalía al 200% del PIB (según datos de la OCDE), es decir, el doble de la riqueza de Japón. La diferencia de su endeudamiento con el del resto de países es que la mayoría de su deuda está en manos de acreedores locales.

En declaraciones a los periodistas, el conservador Abe ha calificado como "sumamente importante" superar la actual deflación de la economía de su país y lograr "una sociedad en la que el sudor de los trabajadores pueda dar su fruto".

“Para alcanzar estos objetivos políticos, las empresas japonesas y los ciudadanos que se encuentran en el extranjero, deben contribuir a la economía. No es correcto que sea responsabilidad del Estado”, ha agregado Shinzo Abe, según recoge France Presse.

La economía de Japón, la tercera del mundo por detrás de las de EE.UU. y China, sufre el impacto de la ralentización global -que se ha sumado a una deflación que se arrastra desde la crisis del país de principios de los 90- y las consecuencias de la fortaleza del yen, que merma mucho la competitividad de sus exportaciones.

El mercado aplaude el estímulo económico

El responsable de la principal patronal de Japón (Keidanren), Hiromasa Yonekura, ha mostrado su satisfacción por el "oportuno" paquete de estímulo y ha confiado en que sus efectos se dejen sentir pronto.

El anuncio del millonario plan de revitalización también ha sido aplaudido por el mercado, en un día en que el yen ha vuelto a depreciarse frente al dólar, que llegó a tocar su máximo en unos dos años y medio al intercambiarse temporalmente en la Bolsa de Tokio a 89,35 yenes.

El euro también ha ganado fuerza frente a la divida nipona y, en algún momento, ha alcanzado los 118,58 yenes, su nivel más alto desde mayo de 2011.

El respiro que ello supone para los grandes exportadores nipones, y la esperanza de que el Banco de Japón adopte nuevas medidas de flexibilización monetaria en su próxima reunión mensual, han favorecido que el Nikkei haya cerrado este viernes por encima de los 10.800 puntos, su nivel más alto desde febrero de 2011.

Además de aprobar este plan, la Administración de Shinzo Abe -que ya llevó las riendas de Japón entre 2006 y 2007- ha asegurado que trabajará para estrechar la cooperación con el Banco de Japón, a fin de que tome medidas firmes para combatir la deflación.

El nuevo primer ministro, que tomó el relevo de Yoshihiko Noda, un férreo defensor de la disciplina fiscal, logró una aplastante victoria en las elecciones del 16 de diciembre con la promesa de mejorar la maltrecha economía nipona, que se encuentra bajo la sombra de una recesión técnica.