Argentina: el broche apoteósico de la mejor generación

La selección argentina de baloncesto puede presumir de tener en sus vitrinas un trofeo de campeón mundial. Fue el del primer Campeonato del Mundo de Baloncesto que se celebró en 1950 en Buenos Aires.

Desde entonces, la tercera selección del ranking FIBA, lo más cerca que ha estado de volver a lograrlo fue en el Mundial de Indianápolis 2002 cuando se debió conformar con la plata tras perder la final ante Yugoslavia.

En esta cita, además, consiguió todo un hito. Ha sido la única en vencer, en su casa, al ‘dream team’ de Estados Unidos que tenía un equipo formado íntegramente por jugadores NBA. Fue en un partido de la segunda fase y Argentina se impuso 87-80.

Ahí nació la ‘generación dorada’ del basket argentino con hombres como Emanuel Ginóbili, Luis Scola, o Andrés Nocioni. Chavales entonces y que ahora, 12 años después, son los veteranos jugadores que conforman la base de este equipo.

Después de su victoria ante el ‘dream team’, el baloncesto argentino llegó a lo más alto llevándose el oro en los Juegos de Atenas 2004. También obtuvo el bronce en Pekín 2008, pero en los últimos Mundiales la ‘albiceleste’ se ha quedado siempre a las puertas del podio.

Dirigida por Julio Lamas, esta Argentina quiere dejar a un lado la eterna etiqueta de “favorita” para convertirse en campeona.

El reto no será fácil. No lo han logrado con su ‘generación dorada’ en plenitud, donde debieron conformarse con el quinto puesto de Turquía 2010 y el cuarto de Japón 2006. Pero apelan precisamente a su veteranía para postularse como candidatos al título.

Además, de los mencionados Ginóbili, Nocioni y Scola, el seleccionador también ha apostado por Carlos Delfino, Walter Herrmann, Leo Gutiérrez, por lo que 6 de los convocados son campeones olímpicos.

A estos jugadores consagrados se unen jóvenes figuras como Facundo Campazzo, que sueñan con llevar a Argentina a lo más alto del Mundobasket de España.