Los irlandeses rechazan el Tratado de Lisboa con un 53% de apoyo al 'no'
- Fracaso de la clase política irlandesa, que pidió el 'sí' casi unánimemente
- El primer ministro irlandés dice que la situación no tiene un "arreglo rápido"
- Durao Barroso, presidente de la Comisión, dice que el texto "sigue vivo"
- Los líderes de la UE analizarán el resultado del referéndum el próximo jueves
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La Unión Europea vuelve a meterse en una crisis. El 'no' ha vencido en el referéndum que ha tenido lugar en Irlanda sobre el Tratado de Lisboa con un margen de 53,4% frente al 46,6% de los que han apoyado el texto comunitario.
La victoria del 'no' será anunciada formalmente en el Castillo de Dublín por el Gobierno irlandés, pero ha sido adelantada por el director de la Oficina de recuento electoral.
Con una participación final de poco más del 51%, la campaña del Gobierno y sus aliados -la mayoría de los partidos nacionales, los sindicatos y la patronal- ha encajado una estrepitosa derrota, ya que la mayor afluencia a las urnas que en consultas anteriores beneficiaba en principio al 'sí'. De los casi tres millones de irlandeses que estaban llamados a las urnas este jueves, 862.415 votaron 'no' y 752.451 optaron por el 'sí', según las cifras oficiales.
José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, ha señalado que el Tratado "sigue vivo" y ha urgido al resto de países de la Unión Europea a continuar con la ratificación del Tratado de Lisboa a pesar del triunfo del 'no' en el referéndum irlandés que pone el proyecto de reforma en peligro. Los principales líderes europeos han hecho declaraciones en la misma línea.
Crisis reconocida
El presidente de la Comisión ha rechazado una responsabilidad personal o del organismo que preside por el resultado negativo, al afirmar que la consulta "no era un referéndum sobre la Comisión Europea", aunque los primeros análisis llevan a pensar que "son numerosos los conciudadanos que no logran asimilar todo lo que hacemos en Europa", en palabras del primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, decano de los dirigentes comunitarios.
"El 'no' en Irlanda no ha resuelto los problemas por los que el Tratado de Lisboa fue diseñado", ha dicho Durao Barroso desde Bruselas. "La Comisión Europea cree que las ratificaciones que quedan deberían continuar teniendo lugar", ha dicho Barroso.
El primer ministro de Irlanda, Brian Cowen, ha reconocido que el resultado lleva al país "a una incertidumbre considerable y una situación difícil. No hay un arreglo rápido", ha señalado.
"No se resolverá fácilmente -ha añadido-. No nos vamos a apresurar en ninguna acción particular ahora. Necesitamos pararnos y ver lo que ha ocurrido y por qué, y consultar ampliamente en casa y con nuestros compañeros europeos".
Los defensores del 'no' se sienten fuertes
Pero el mensaje de los detractores del Tratado es que ahora el Ejecutivo tiene un significativo mandato electoral para volver a Bruselas y parar en seco el proceso de ratificación del texto comunitario, a pesar de que 18 países miembros ya lo han aceptado por vía parlamentaria.
"Este es el fin del Tratado de Lisboa", ha declarado Gerry Adams, el presidente del Sinn Fein, único partido con representación parlamentaria que ha apoyado el 'no'. El líder republicano ha reclamado a Brian Cowen, primer ministro irlandés, "a obtener un mejor acuerdo no solamente para Irlanda sino para el resto de Europa".
Hasta ahora, la única declaración de algún miembro del Ejecutivo irlandés ha sido la del ministro de Justicia, Dermot Ahern, que durante la mañana del viernes ha reconocido la victoria del 'no', cuando los primeros datos apuntaban a la derrota del 'sí'. Ahern ha señalado que el Gobierno irlandés está "decepcionado" por la decisión tomada por la mayoría del electorado, aunque ha recalcado que se "respetará" su deseo expresado democráticamente.
¿Qué puede ocurrir tras el rechazo de Irlanda?
En realidad, nadie lo sabe, puesto que, una vez más, los Veintisiete no cuentan con un plan alternativo. En términos prácticos, la Unión Europea estaría en la casilla de salida, con el Tratado de Niza como ley básica y tremendas dificultades para gestionar su actuación, lo que probablemente supone una nueva crisis política, como la que sucedió al rechazo de la Constitución Europea.
Un primer análisis de la situación indica que "son numerosos los conciudadanos que no logran asimilar todo lo que hacemos en Europa", según reconocía esta semana el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, decano de los dirigentes comunitarios.
Los máximos líderes de la Unión Europea analizarán las consecuencias del referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa en la "cumbre" que celebrarán el jueves y viernes próximos en Bruselas. El orden del día del Consejo Europeo, como se conoce a la reunión semestral de los jefes de Estado o Gobierno de la UE, va a verse totalmente alterado por el 'no' del pueblo irlandés al Tratado.
De hecho, Durao Barroso ha emplazado al primer ministro irlandés a presentar soluciones al rechazo de su país.
La cuestión centrará asimismo la atención de los ministros europeos de Asuntos Exteriores, que tienen previsto reunirse el próximo lunes en Luxemburgo para preparar las deliberaciones de los líderes.